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—¡Los veremos el fin de semana, cuidense mucho! —los mayores salían por la puerta.

Sonriendo los dos al ver que al fin sus hijos parecían estar haciendo las paces, los dos veían la televisión tranquilamente uno a lado del otro. Pero cuando estuvieron fuera JiHoon, el hijo menor de la familia soltó un gemido apenas audible solo para el mayor a su lado; MinGyu, que estaba en las mismas condiciones que el otro.

Acariciaban juguetones sus miembros, provocándose entre sí. Apenas MinGyu escuchó el auto de sus padres irse tumbó a JiHoon en el sofá subiéndose encima de él restregándose sin delicadeza contra su cuerpo.

—Eres un pervertido de primera, JiHoonie. —burló MinGyu mirando a Jihoon que tenía sus ojos aguados del placer y la boca abierta, intentando tomar aire entre jadeos con la lengua entre sus labios, sediento de MinGyu.

—Tú eres más pervertido, calentádose con su propio hermanito. —lo tomó del cuello de la camiseta para besarlo con fiereza haciéndolo gruñir y gemir entre besos.

JiHoon amaba el sexo duro que mantenía con MinGyu, el que fuera algo prohibido lo hacía más caliente y el adoraba tener el gran pene de su hermano dentro suyo.

—Ahora si puedes gritar todo lo que quieras, hermanito. —MinGyu retiró la camiseta del otro para lamer y morder toda la piel a su alcance.

JiHoon tal y como le dijo el moreno no se contuvo, dejando salir los pequeños gritos y gemidos sonoros que resonaban por toda la casa.

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MinGyu penetró a JiHoon tan fuerte que lo dejó sin aliento por unos segundos, el menor se sostuvo del posabrazos del sillón MinGyu no esperó ni un segundo más cuando ya mantenía un ritmo descoordinado y rápido contra la apretada entrada de JiHoon que gemía fuertemente.

—V-Vamos MinGyu, yo sé que puedes darme más —dijo entre jadeos el menor, empujándose a sí mismo contra la dura polla de su mayor.

JiHoon estaba deshaciéndose en temblores y gemidos, su abdomen con un poco de semen por haberse corrido antes y su cabello se pegaba a su frente por el sudor. Sentía los dedos de MinGyu incrustarse en su cadera, sus ojos entrecerrados y vidriosos, enfocando el torso bien formado de su hermano mayor y su rostro encogido en un ceño fruncido con el cuerpo brilloso por el sudor en el.

MinGyu no estaba mejor que él, su mandíbula estaba siendo apretada fuertemente y su cuerpo entero lleno de sudor. Su cabello estaba hecho un desastre porque JiHoon adoraba estirarlo, soltaba maldiciones y gruñía por lo bien que se sentía su pene siendo apretado por la dulce entradita de su pequeño.

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JiHoon montaba arduamente la caliente erección de MinGyu, no sabía cuanto tiempo había pasado solo sabía que su cabeza estaba dando vueltas, estaba lleno de semen y no quería detenerse hasta desmayarse. Sus gemidos ahora roncos no hacían más que calentar a MinGyu más, que parecía tener la energía suficiente para no dejarlo descansar ni un solo segundo.

Brincó una vez más para soltar un largo gemido al correrse sin siquiera tocarse, aún así no dejó de moverse para hacer acabar a MinGyu que después de que se corriera lo tomó de la cadera para moverlo a su antojo. JiHoon solo se dejaba hacer disfrutando de las últimas gotas de su orgasmo estremeciéndose al sentir tan explícitamente el pene de MinGyu, ya lo había tenido en su boca y lo deseaba de nuevo.

Aquel tronco duro cubierto de venas que gozaba de chupar, lamer y apretar entre sus labios.

Sentía su cadera ya un poco adormecida pero no quería parar.

Habían estado esperando aquel día desde hace una semana, estaban desesperados por que ya se fueran sus padres para poder disfrutar ellos. Y había válido la pena cada puto segundo esperar tanto porque ya lo habían hecho en cada parte de la casa.

MinGyu se corrió una vez más en su interior dejando salir un largo gemido ahogado.

—Dios, te sientes tan bien JiHoonie... Tan apretado, tan bueno para mi. —MinGyu lamió y mordió el cremoso cuello de JiHoon que ya tenía bastantes marcas. Todas hechas orgullosamente por él.

—Deja de hacer marcas. —suspiró sintiendo los dientes de MinGyu.

—¿Por qué? ¿No quieres que los demás se den cuenta que eres mío, JiHoonie? —sus labios subieron hasta su barbilla mordiendo suave alrededor de su rostro dejando marcas rojas a su paso.

—Tú sabes que eso no me interesa. —jadeo cuando MinGyu mordió debajo de su oreja sintiéndose extasiado por la fuerte corriente de placer que le hizo arquearse—¿Qué no puedes dejarme descansar un poco? —rió JiHoon, MinGyu resopló en su cuello causándole cosquillas.

—No, yo quiero hacerlo hasta que sea de día. —sentenció MinGyu colocando a JiHoon boca arriba en un rápido movimiento.

—¿Qué le vas a decir a mamá cuando se de cuenta que dejaste a su hijo favorito inválido? Te va a golpear. —dijo burlón mirando la sonrisa que se formaba en los labios de MinGyu, aquel coqueto colmillo mostrándose.

—Estoy seguro que eso no pasará, yo soy el hijo favorito. —le mostró su lengua de forma infantil. JiHoon no pudo evitar reír fuertemente.

La fatiga que había tenido antes parecía haberse desvanecido por completo.

—No, tú eres un tipo desconocido que llegó de la nada a destrozarme. —murmuró con un ceño fruncido.

MinGyu soltó una risa ronca que estremeció a JiHoon, el mayor acercó su rostro al cuello del pequeño para dejar un beso casto ahí y bajar por su pecho mirando las marcas rojas en el.

—Estoy completamente seguro que tú adoras que haya venido este tipo desconocido a destrozarte. —murmuró, su voz vibrando en la piel del menor.

JiHoon escondió la sonrisa que quiso salir de sus labios y se limitó a observar a MinGyu tocar su cuerpo.

JiHoon no admitiría nunca las palabras de MinGyu.

—Min... Quiero dormir. —las caricias que MinGyu dejaba solo lo lograban arrullar.

El mayor se alzó y lo miró con una sonrisa.

—Te quitaré el sueño JiHoonie, solo espera.

JiHoon soltó un grito ahogado en la almohada. ¡Ese hombre lo iba a matar si seguía!

Brothers ─GyuZiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora