1. Maleducada

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Visualizo como las hojas cambian de su característico color verde a tonos ocres para luego dispersarse por las calles de Austell mientras suena Havana de mi latina preferida, en la furgoneta. El viento sopla con mayor fuerza y la temperatura desciende, lo que significa que el verano terminó y Septiembre comenzó. Así es, no más vacaciones y bienvenido el último año de secundaria.

Al fin.

—Imbécil. —Murmura la rubia a Alex, subiéndose a la camioneta.

—Oye, no es mi culpa que hayas llegado tarde. Emma ya planeaba dejarte aquí —aclara mi hermano dirigiéndose a mi mejor amiga.

—No tendría que ni aclararte que es mentira, Hayley. Alex está sentado en el asiento de copiloto solo para fastidiarte la existencia —explico observándola por el espejo retrovisor.

—Lo sé, Em. Lamento que tengas un hermano tan idiota—dice rodando los ojos.

—Y yo lamento que seas una zorra. —Murmura por debajo Alex.

— ¿Cómo me has llamado pedazo de mierd..—salto antes de que Hayley se abalance sobre mi hermano.

—Suficiente. —Freno en seco ante el semáforo rojo y los observo—. ¿Son conscientes del motivo de su discusión? Sobre quien se sienta en el asiento del copiloto. ¿Cuántos años tienen? ¿17 o 7?—expreso agotada apretando los dedos en el volante.

—De hecho, soy un año mayor que ustedes señoritas —responde mi hermano orgulloso.

—Lógico. Reprobaste un año por andar de fiesta veinticuatro siete ¿no es cierto? Oh, espera, por andar acostándote con toda la escuela. —Espeta Hayley.

—Cariño, no sabía que estabas celosa —bromea con una sonrisa divertida—. Sabes que donde sea y cuando sea me llamas para que te ayude a canalizar esos celos con mi amigui...—interrumpo a mi hermano antes de que termine la desagradable oración.

—Alex, estoy aquí —me señalo a mi misma abriendo los ojos como platos.

—Créeme que ya he probado canalizar muchísimas emociones con lo que tienes allí abajo y fue aburrido. Debe ser por el tamaño, ¿no crees, Emma? —confiesa Hayley provocando que las tostadas del desayuno comiencen a subir por mi esófago debido a lo que lamentablemente tuve que oír.

—No decías lo mismo cuando estabas debaj...— interrumpo una vez más a mi hermano así preveníamos posiblemente el vomito que iba a lanzar por todo el vehículo.

Alexander y Hayley, mis dos grandes compañeros de vida junto a Mia, tienen su historia.
Hace dos años aproximadamente, fui testigo de cómo ellos entablaron una relación que consistió en ser cada uno 'la primera vez' del otro.
Sin embargo, se gustaban y tal vez querían, hasta que el engendro del mal que tengo de hermano se convirtió en el típico orgulloso mujeriego no interesado en relaciones duraderas que le rompió el corazón. Sí, le rompió el corazón a mi mejor amiga y yo me encargue de romperle la cara.
Lágrimas, distanciamientos, peleas y dos corazones rotos. Dos, porque uno fue el de mi mejor amiga y el otro el de mi mamá ya que había planificado todo el futuro de aquellos dos juntos. Incluso, los nombres de sus posibles hijos. Un cliché? Quizás. Pero, créanme que los clichés sucedieron y seguirán sucediendo hasta el final de los tiempos.
En fin, como primera vez de los dos, no creo que ninguno se haya superado, incluido Alex que en el fondo -con eso me refiero a muy, profundamente, en el fondo de su esencia- la quiere y tal vez siempre lo hará.

Así se resume mi camino hacia el instituto.
Trato de ignorar la situación cotidiana entre mi hermano y mi mejor amiga y procuro no chocar para llegar sana y salva a clases.

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⏰ Última actualización: Feb 25, 2018 ⏰

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