Son golpes que ella toma como muestras de amor. Son cicatrices que ella ve como recordatorio de lo que él dijo que no debe volver a ser. Es una rutina que, sin que ella quiera verlo, la destruye. Es una mentira que la envuelve con cada día que pasa...
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8 de marzo del 2018
Querido diario:
Hoy, por primera vez, desde hace once meses, me animé a contarle a alguien lo que ocurre con Damián. No porque haya sido algo premeditado, sino que me reencontré con Clarisa, una compañera de secundaria que nos conoció a los dos y que descubrió mis golpes mal maquillados. Ella me miró escandalizada cuando escuchó mis palabras y me dijo que tengo que denunciarlo por los golpes. Yo creo que está exagerando. El día que ella encuentre a alguien que la ame de verdad, tanto como lo hacemos Damián y yo, va a comprender que ningún dolor se puede comparar al de estar separados y que cada segundo de dolor vale la pena si la recompensa es seguir compartiendo esta vida.