Jimin, un lindo omega, salía de aquel edificio. Después de salir del instituto había ido directo a la biblioteca ya que al día siguiente tenía un examen muy importante y tenía que estudiar mucho. El miedo le empezó a recorrer todo el cuerpo, se había hecho oscuro y, aunque su casa estaba a tan sólo dos cuadras de allí, su madre siempre le decía que era peligroso que un omega paseara a esas horas sin compañía.
Empezó a caminar hacia su destino sin importarle de no avisar a nadie, su madre era demasiado protectora, él pensaba. Mientras, agarraba fuertemente las dos asas de la mochila e iba con marcha aligerada. De repente, un olor llegó a sus fosas nasales, un olor a sandía que hacía años él no olía.
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-Chimchim hyung, ¿la sandía huele?
-Pues claro que si, JiHyunie.
-¿La has olido? Porque yo no.
-Si, solo la olí una vez pero Yoonie hyung huele así.
-Pero si no tiene olorcito...
-¡Si que tiene! Seguro que estas refriado.
-Eso es mentira hyung. ¡Eres tu el que estás malito!
_-_-_
Siguió caminando ya sin tanto miedo, ese olor lo relajaba mucho. Pero no se dio cuenta de cuando empezó a seguir ese olor que cada vez era más fuerte y relajante. Como si fuera una droga, siguió caminando como si su cerebro no respondiese y solo actuase su cuerpo. Llegó al lugar que le había guiado su cuerpo encontrándose con un alfa mucho más alto que él de cabellos color nieve, piel pálida y ropa oscura. Aun estando bajo los efectos de aquel dulce aroma, pudo darse cuenta de que aquel alfa estaba en celo. Volvió su conciencia y solo tenía dos opciones: quedarse ahí a que aquel alfa que lo miraba hambriento le hiciera algo o salir corriendo y escapar.
No pensó mucho, salió corriendo del callejón dándose cuenta que aquella zona era muy lejana a la que el vivía. No corrió mucho, el alfa lo pilló, era mas rápido que él.
-Ay mi pequeño Jiminie. ¿Por qué escapas? ¿Acaso quieres que te castigue? -dijo con voz ronca en el oído del pequeño omega.
-D-dejame ir
-Te deseo tanto... No puedo dejarte ir.
-_-_-
-No quiero que te acerques a él, Jiminie
-P-pero Mamá, es mi amiguito.
-Ni se te ocurra llevarme la contraria. No te quiero cerca de él.
-Mamá...
-¡No llores! Te olvidarás de él y punto.Tan solo tienes diez años. No lo verás nunca más, cueste lo que cueste.
_-_-_
Aquel alfa de nombre YoonGi hizo las cosas aun mas difíciles. Había llevado a rastras a su amado omega a su casa. Quería controlarse pero no podía. El olor de Jimin también lo embriagaba haciendo perder el control. Del otro lado, JiMin quería escapar de allí pero por ese aroma tan dulce no lo dejaba.
Llegaron a casa. Fue cerrar la puerta y todo se convirtió en besos y caricias por parte del alfa. No había otro ruido aparte de los chasquidos de sus lenguas y suspiros de ambos. El lobo sumiso del omega se había apoderado de él y apenas pensaba con claridad.
-_-_-
-¿Me quieres?
-Te amo, mi dulce omega. Nunca lo olvides.
_-_-_
Aquellos besos y caricias se fueron tornando mas calientes al punto de que pareciera que no había espacio entre ellos dos, eran solo uno. El momento en el que YoonGi empezó a lamer el cuello con intención de hacerle marca, JiMin lo empujó. Sabía lo que conllevaba eso y no se atrevía. ¡Era un alfa en celo con aroma a sandía excelente y con intenciones no muy bonitas! El alfa se molestó por la acción del omega pero lo que no se esperó fue que cuando iba a sostenerlo más fuerte, éste le daría una patada en sus partes.
JiMin salió corriendo lo más rápido que pudo hasta llegar a casa. Sus lágrimas caían de sus ojos mojando sus regordetas mejillas. Un alfa había estado a punto de violarlo, y era su querido YoonGi.
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Holaa Es la primera vez que escribo Yoonmin, omegaverse, de este tipo y también la primera vez que participo en un concurso así que no se si está bien o si me ha quedado como una kk. (O si hay muchas faltas)
