Capítulo 2| Asuntos sueltos

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Dos semanas, el tiempo parecía agua entre los dedos cuando la mente se iba de uno mismo y el corazón ya no parecía latir.

-Sarada, es hora de que vayas a clases- dijo su padre tocando la puerta de su habitación.

-No quiero ir- se escuchó la triste voz de la niña.

-Sarada, ya son dos semanas- se escuchó un suspiro- es hora de que dejes esa tristeza.

La pequeña Uchiha se molestó, quizá para su padre fuese fácil dejar ir a la mujer con la cual se casó, pero para ella era muy distinto, hasta el último momento ella guardó la esperanza de que su madre la quisiera por lo menos un poco.

-¡No quiero ir!- gritó lanzando una almohada a la puerta.

Antes de que Sasuke pudiese reprenderla, el timbre de la casa resonó.

El Uchiha tomó una respiración pesada y se encaminó al gran portón de madera de la puerta principal.

-Buenos días, Sasuke- saludó una amable señora de cabellera azulada.

-Buenos días Hinata- saludó Sasuke algo sorprendido.

-Siento si te incomodamos pero Boruto estaba muy preocupado por Sarada, me comentó que hace una semana no asiste a clases y a mi también me preocupa- dijo la oji perla con su característico tono dulce.

-No es molestia, pero pasa y podemos hablar- dijo el Uchiha abriendo la puerta en su totalidad.

-Permiso- dijeron Boruto y Hinata al entrar en la residencia.

Al entrar fueron conducidos por Sasuke a la sala principal y tras sentarse su semblante decayó un poco.

-Boruto puedes subir y hablar con Sarada, se que se pondrá feliz de que vayas a verla- pidió Sasuke con su usual tono serio.

El rubio asintió y corrió escaleras arriba para ver a su amiga.

-¿Qué fue lo que pasó?- pregunto la Uzumaki.

-Tú sabías como era Karin y bajo que interéses nos casamos, también recuerdas que su relación con Sarada nunca fue buena- Sasuke suspiró- Hace dos semanas todo explotó.

Los ojos comprensivos de Hinata observaron a Sasuke con ternura, ella lo comprendía por que prácticamente eran casi como hermanos, el lazo de muchos años de amistad los hicieron hermanos, no de sangre, de alma. Gracias a Sasuke, Hinata encontró al amor de su vida y ella sospechaba que era su momento de devolverle el favor.

-Desde que Sarada nació sabiamos perfectamente que la actitud de Karin iba a dañar y por más que digas que es innecesario, tú deseas conseguir el calor de un amor- dijo Hinata con una sonrisa dulce.

-Es fácil decirlo pero no creo poder solo, por ejemplo ahora, Sarada no me deja acercarme, está deprimida y aún es una niña, ella no debería estar en esas condiciones- con la frustración pintándole la voz, el hombre se lamentaba con su hermana.

-Hay alguien que puede ayudarte con eso y no me refiero a mi o a Naruto, es alguien que sabe lo que hace- dijo Hinata mientras de su bolso sacaba una pequeña tarjeta rosa pastel.

-¿Qué es esto?- pregunto extrañado.

-Es la dirección de una psicóloga, es una amiga mía y te puedo asegurar que es una de las mejores- dijo Hinata con una suave sonrisa en su rostro.

-Hinata ya hablamos de eso, no pienso ir a que me etiqueten de loco- dijo con enojo.

-Ya sé que tú no irás y esta bien, pero Sarada lo necesita, por favor, piénsalo- los hermosos ojos perla emitían un ruego silencioso.

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⏰ Última actualización: Feb 23, 2018 ⏰

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