Había pasado una semana. Hace una semana Jisung había conocido a Minho, y este no paraba de hablar. Pasó el fin de semana descansando del chico con complejo de loro, pero era lunes y le tocaba volver a clases, tendría que acostumbrarse.
Aún adormilado suspiró y se dirigió al baño iniciando su rutina de aseo personal, y una vez finalizó bajó las escaleras percibiendo el olor de panqueques y sorprendiéndose al encontrar a su madre preparándolos. Movió ligeramente la silla y se sentó mirando con deseo al desayuno que la mujer dejó frente a él.
— Adelante, come. ¿Cómo vas en el colegio?— El pequeño no sabía que responder. Era la primer semana y en su salón de clases siquiera tenían horario y los profesores de ciertas materias aún no se habían presentado.
— Bien.— Asintió levemente y su madre, quien no había dejado de sonreír anteriormente, cambió su expresión a una consternada, sabía que algo no estaba bien con su hijo y quería ayudarlo, pero este se negaba rotundamente reiterando que no tenía ningún problema y que no debía preocuparse.
— Cariño, Sabes que puedes contármelo todo ¿No?— Tomando de la mano de su pequeño, alzó su mirada encontrándose con los cálidos y oscuros ojos del niño quien ya había perdido el apetito. Jisung suspiró rendido. Sabía que no iba a ganar, esa mujer era su madre después de todo.
— El otro día llegó un chico nuevo y ahora es mi compañero de banco, quiere ser mi amigo.— Pensando en cada palabra que soltaba, Jisung terminó de desayunar y se dirigió al fregadero para comenzar a lavar las vajillas y utensilios que habían ocupado.
— ¿Y? ¿Qué tiene de malo eso? Tal vez puedan ser amigos ¡O hasta mejores amigos, uno nunca sabe, Jisung!— Entusiasmada, la señora Han sonrió como nunca antes mientras se imaginaba a su hijo con un joven. Tristemente, su hijo jamás había llevado a algún amigo suyo a casa lo que provocaba que su madre se sintiese desanimada y dudase de la existencia de estos.
— Yo... No lo sé, es raro y...—Mientras secaba sus manos una vez terminada su labor, se vio interrumpido por su ilusa mamá quien irradiaba felicidad.
— ¿Cómo se llama? ¡Ya sé, Podrías invitarlo a cenar! ¡Los espero a la salida del instituto aquí en casa! Tratalo bien, yo iré a comprar las cosas para la cena ¿Sabes si le gusta el ramen? ah, no importa, lo haré de todas formas ¡Suerte en el colegio!—Y sin más, la elegante mujer salió con una deslumbrante sonrisa dibujada en su rostro, aquella sonrisa que era hereditaria pero pocos lo sabían; eran afortunadas aquellas personas que veían al joven Han hacer una mueca que no sea de disgusto o desagrado.
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El pequeño Jisung se encontraba leyendo un libro bajo su árbol favorito del parque, a unas calles del colegio, a veces cuando se sentía sofocado y estresado, se levantaba más temprano de lo usual, desayunaba y de camino al colegio se sentaba bajo esa enorme planta con un gran tronco, que según el chico era bastante cómodo, con extensas ramas y un montón de hojas brotando de ellas, aunque en la época en la que se encontraba, estas se hallaban en una pila al lado de los arbustos, mientras el verde que antes se encontraba en ellas daba paso a los tonos amarillos, rojizos y ocres y el árbol del que habían caído tomaba un color cobrizo.
— ¿Quién soy? — El menor saltó del susto y llevó una mano a su corazón tratando de calmarlo.
— Minho eres un... — Al recordar lo que había dicho su madre sobre tratarlo bien, dejó que las groserías que estaba a punto de decir regresasen de donde salieron y suspiró abriendo su mochila para luego depositar el libro no sin antes haber colocado un separador para continuar con su lectura más tarde.
— ¿Un qué? — Reía juguetón, le encantaba molestar a Jisung.
— Nada.
— ¿Soy un nada? ¿Sabes? Creo que es lo más lindo que me has dicho. Yo también te amo, nada. —Abrazó por detrás al contrario, apoyando su barbilla en los hombros de este y sujetando sus muñecas para que este no intente golpearlo, y para su sorpresa, el menor no forcejeó y se mantuvo bastante pasivo.
— Oye, nada ¿Quieres ir a mi casa hoy? Puedes quedarte a cenar. — Se sonrojó levemente, no quería ilusionarlo,que creyera que es su amigo pero tampoco quería decepcionar a su mamá y mucho menos lastimar a Minho y decirle que la propuesta fue un poco obligada.
— ¿Lo dices en serio?
— Sí.
— No me lo creo. ¿Seguro no intentaras asesinarme allí? ¿O me obligarás a hacer algo ridículo y luego lo postearás para que sea el hazme-reir del instituto? Ya sabes, como en las típicas películas Americanas. — Confundido pero a la vez feliz, se separó del menor y ambos comenzaron a caminar hacia el instituto.
— ¿Me ves capaz de hacer eso? — No hacía falta que Jisung voltease a verlo para saber que lo miraba con cara de "¿Hace falta que te lo diga?" Lo que formó una pequeña sonrisa en su rostro.
Un pequeño silencio se formó entre los dos jóvenes y el mayor, que iba a la delantera, se encontraba mirando sus zapatos sonriendo atontado, sin darse cuenta que pasos atrás había pasado la acera. El más pequeño, fijó la vista en un automóvil al que le habían dado luz verde para transitar por la misma calle en la que su descuidado hyung se encontraba. Sin pensarlo dos veces, el menor quien se encontraba en el bordillo de la vereda, dio dos pasos y estiró su brazo para tomar de la mano de Minho y tirarla hacia él. Si bien no estaba muy cerca del coche, al menor siempre lo habían atormentado las vías públicas y en ese momento solo pudo pensar que era mejor prevenir que curar.
— ¡Hyung, eres un tonto, de verdad me asustaste!— Se dejó caer, sentándose en el andén y respirando agitado. El mayor, quien rápidamente se arrodilló para comprobar que su amiguito se encontraba bien, se sonrojó levemente al notar que sus manos aún estaban unidas, pero no las iba a separar. Iba a esperar a que Jisung lo haga y demostraría desinterés.
— Lo siento, iba pensando en otras cosas.
— ¿Qué clase de cosas son más importantes que tu propia vida?— Exclamó impetuoso.— Por tu seguridad.— Presionando levemente el agarre de sus manos, Jisung se sintió todo un padre responsable llevando a su hijo al colegio.
— Sí.
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↬Anorexic『Minsung』
Fanfic↬Jisung sufre de ⇝Anorexia nerviosa ⇜. MinHo es un rayo de sol en su oscuro día a día. A veces las mejores personas son las que más sufren↫