Mi mamá siempre me dijo que no debía hacerme problemas, que solo debía concentrarme en los estudios y no hacer nada más, en realidad, el sueño de mis padres se enfoca en que yo sea un esclavo más de este sistema, que siga el conducto regular de una vida sometida a una sociedad basada en jerarquías sociales y explotación laboral por parte de los poderosos. Saber que no tengo otra opción me quita el sueño, son las 4am. y no he podido dormir nada, solo pienso muchas cosas, como que será de mi cuando sea adulto, probablemente un empleado promedio más, serio y aburrido que solo vive para trabajar, también se me vienen a la mente diferentes recuerdos, sin un sentido en especial.
En este momento estoy en una rama, tengo 17 años y no hay nada que me emocione hacer, simplemente vivo el presente. Un día más es un día menos por vivir.
Suena mi despertador y la verdad es que no tengo energía ni ganas de ir al liceo, lamentablemente y como siempre, mi madre llega a mi habitación a gritarme hasta que decido levantarme, ponerme el uniforme escolar y las típicas cosas que uno hace en las mañanas, hoy, como siempre, salgo de mi casa sin desayunar.
El día va bien, Javier, mi compañero con el cual me junto todo el día en el liceo, trajo unas galletas y mientras hacía la tarea pude comer algo, les diré algo, Javier es una perra, mientras intento estudiar solo hablamos sobre los hombres con los que ha estado, con los que se acuesta y con los que se acostará, no me molesta en lo absoluto, al contrario, me da la libertad para contarle también cosas que pasan por mi cabeza, aunque soy más reservado, siempre me ha costado decirle a alguien todo lo que pienso sobre las personas que me atraen, aunque está bien, supongo que cualquiera se asustaría con todas las fantasías sexuales que pasan por mi mente a lo largo del día.
Cuando la jornada escolar termina, Javier me invitó a una junta que va a haber en su casa, que tiene la casa sola e invitó muchos amigos de él que llevarán cigarros, hierba y otros vicios, yo acepto, no tengo nada más que hacer.
Llegamos a la plaza santa maría, que es la plaza que queda a unas cuadras de la casa de Javier, ya había un grupo grande como de diez personas entre ellas dos mujeres y el resto solo eran hombres, Javier los saludó y comenzamos a caminar en dirección a la casa. Ya tras haber entrado nos sentamos en todos los espacios posibles de la sala de estar, como soy bastante pequeño me acomode en medio de Javier y otro tipo en el sillón con toda comodidad, todo va bien, comenzó a correr el pito y escuchaba todas las historias de los chicos que estaban, todo me daba risa.
Ya pasadas algunas horas terminé por conocer a cada uno de los tipos que habían venido, todos eran muy graciosos y simpáticos, pero uno en especial me había agradado más que el resto, era alto, musculoso y tenía el pelo muy desordenado, no les mentiré, era todo lo que me gustaba en un hombre con una sola cosa en contra, lo escuche en repetidas ocasiones hablar sobre una chica a la que estaba conociendo y que se juntarían mañana, no es que me moleste pero escuchar ese tipo de cosas solo me mata las ilusiones. En lo que las horas pasaban mas iba conociendo a este tipo, se llamaba Francisco, obviamente todos le decían "Pancho", me contó que estudia en el mismo liceo que yo pero era un año mayor, se me hizo muy curioso ya que nunca lo había visto en el establecimiento, al parecer nos caímos bien mutuamente, comenzamos a hablar de música y me dijo que principalmente sus gustos iban por el camino del rock, aunque de vez en cuando para calmarse escuchaba canciones de Lana Del Rey, cosa que me emocionó, es mi cantante favorita. No paraba de pensar en lo genial que era el Pancho, las horas pasaron muy rápido y ya se había hecho de noche, todos se habían puesto a hablar entre ellos y nosotros hablábamos como si estuviéramos en otro lugar, solos, ignorando todo lo demás.
Javier, interrumpe la conversación para decir que irá a comprar cigarros y unos vinos, porque ya todo se había acabado, todos lo acompañan menos yo y el Pancho que decidimos seguir sentados en el sillón. Como todos se fueron, nos habíamos quedado solos, en donde la conversación se torno mucho mas intima y había caído un frio bastante fuerte, estaba bajo los efectos de la marihuana aún, no me dio vergüenza decirle que me abrazara y lo hizo, pasó su brazo por encima de mis hombros y yo pase mis brazos por alrededor de su abdomen, duro y apretado, podía sentir sus músculos por sobre la camisa del liceo, apoye mi cabeza en su pecho y comenzamos a hablar en esta posición, no podía sentirme más a gusto.
-Mis padres, como se acaban de divorciar no están en condiciones de preocuparse de mí, por lo que en realidad puedo pasar las noches donde quiera y no me dirán nada.- me explica tras preguntarle a qué hora tiene que irse, me hablaba muy bajo, con una voz ronca que me hacía ignorar lo que me decía y llenaba de suciedad mis pensamientos.
-Lamento mucho lo que estas pasando, se cómo te sientes, yo solo vivo con mi madre y me di cuenta de que es solo cuestión de tiempo para adaptarse al estilo de vida de solteros, pronto la situación se calmará y estarás mejor, ¿sí?- Le respondí, suavemente y sin mirarlo, mi cabeza estaba en su pecho y mientras hablábamos de un tema bastante delicado solo podía concentrarme en el sonido de su corazón latiendo en mi oreja, en su cuerpo endurecido y su tono de voz.
-Tenemos muchas cosas en común, Ricky (Mi apodo, me llamo Ricardo y bueno, ya entienden) deberíamos juntarnos en el Liceo de vez en cuando, a fumarnos un cigarro a la salida, no se.- Me dijo, con un aura de tranquilidad que podía sentir, estábamos solos, en la oscuridad, sentados en el sillón de la sala de estar en la casa de Javier, nadie nos ve mientras nos abrazamos para pasar el frío.
-Obvio, tu mándame un WhatsApp y nos juntamos afuera del liceo, me gustaría ser más cercano a ti.- En realidad no sé porque dije eso, espero que haya sido algo de drogado porque es lo más vergonzoso que pude haber dicho, me río de la vergüenza y el igual se ríe, no son carcajadas, solo una risa pequeña que se corta cuando me dice:
-¿Que tan cercano a mi?- me separo de su pecho y lo miro a sus ojos, cafés, brillando en la oscuridad, sin mucho tiempo mirándonos a los ojos comenzamos a acercarnos más y más, hasta llegar a un punto donde solo unos centímetros separaban nuestros labios, cierro mis ojos y...
Escuché la puerta de la sala.
-¿Que hacen?- Pregunta Alonso, uno de los amigos de Javier, habían llegado de las compras. Encienden la luz y con el Pancho nos separamos bruscamente, solo Alonso alcanzó a vernos abrazados y aunque no nos besamos la escena puede prestarse para interpretaciones, vi el rostro del Pancho y había cambiado bruscamente.
-Nada, le estaba contando al Ricky lo que pasó con mis padres.- Dice, a centímetros de tartamudear, cambiando bruscamente el tema.
Es el típico comportamiento de los hombres heterosexuales al vivir una escena como esta, no dije nada, entiendo su situación, aunque no paro de sentirme frustrado por dentro, estuvo tan cerca.
Pasó solo una hora más y ya tenía que irme a mi casa, eran las 9pm. Y mi madre comienza a preocuparse cuando no llego temprano. Me despedí normalmente de todos hasta que me toco despedirme del Pancho, se acercó a mí y me abrazó, el abrazó solo duró un segundo y me dijo que me cuidara en el camino, a lo que le respondí que vivía solo a una calle y que no me pasará nada, sonreímos al mismo tiempo y me fui.
Llegue a mi casa y mi mamá me recibió, como todos los días con comida y una conversación de nuestros días, obviamente no le conté todo lo que sucedió, solo la mitad. Fui a mi habitación y me acosté en la cama, estaba exhausto y el sueño no tardo en invadir mi cuerpo, mi mente solo pensaba en lo que había sucedido hoy, solo aparecía la cara de él en mi conciencia, su nombre chocaba en las paredes de mi imaginación y no paraba de imaginar que habría pasado si los demás hubieran llegado una hora más tarde, hago un llamado a todos los santos para que los pensamientos impuros dejen de invadir mi cabeza esta noche, no funciona y no puedo evitar la erección, soy un pervertido.
A gritos, nuevamente despierto a las 6am. para comenzar un día más de rutina, aunque hoy si despierto con ganas, ayer el Pancho me contó que estudiaba en el mismo liceo que yo y hoy le diré al Javier que caminemos por el patio en el recreo para ver si por razones de la vida me lo encuentro.
Llego al liceo, clase de matemáticas a la primera hora, no sé nada, pero tampoco me esfuerzo por saber, las matemáticas no son lo mío, bueno, en realidad soy bueno en ellas, pero es más fácil evitar estudiarlas diciendo que no es lo mío y que tengo más cosas que hacer que encontrar la X toda mi vida. Javier se sienta al lado mío en la sala de clases y hoy, a diferencia de todos los días fue mi turno para contarle todo lo que pensaba del Pancho, le conté todos los detalles menos que estuvimos a punto de besarnos, no quiero que nadie se entere, a pesar de que confío más que nadie en él, se lo complicado que es sentir cosas por alguien que siente atracción por el sexo opuesto, siempre termina mal, debo tener precaución en todo lo que hago. Solo esperaba el recreo para salir a buscarlo.
Mi comportamiento ya no era normal, pasaba cada segundo, cada minuto y cada momento pensando en él, solo quería verlo y nada más, nunca había sentido algo así. ¡Dios! Me gusta tanto...
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A ESCONDIDAS
Teen Fiction"Si no me quieres, dímelo antes de que te transformes en el protagonista de mis sueños durante 6 largos años."