De maternidad y cansancio

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Muchas cosas habian cambiado después de la llegada de los gemelos  Ichiro y Mayu, la vida de Kayo y Shiro ya no era la misma. Pues ya eran padres primerizos. Principalmente para Kayo ya que era para ella todo era nuevo y lleno de trabajo. Aunque los niños  no eran lloraban tanto como los demás bebes. Ellos se aseguraban de que sus  padres acudieran a ellos. Como era costumbre en el antiguo Japon a las mujeres que  daban a luz tenían el privilegio de pasar los primeros 100 días después  del parto con sus recien nacidos para fortalecer el vinculo de madres e hijos. En cuanto a Ichiro y Mayu demostraban aún en sus cortas vidas, un lazo inquebrantable. Ya que Cuando Kayo cogía a uno de los mellizos, la otra empezaba a llorar para que también la cargarán. Muchas madres primerizas no saben que hacer con sus bebés a punto de estresarce ante la caótica situación, pero en el caso de Kayo era distinto ya que de alguna extraña manera tenía una paciencia excepcional  casi sobre humana, no se podía decir a ciencia cierta, quizás había sido su deseo de ser madre lo que le había otorgado ese don tan especial y con voz dulce y melodiosa los acurrucaba en la desnudez y calidez de sus enormes senos
En mis brazos sostengo
Dos hermosos botones
De loto, como las gemas
Más valiosas y frágiles 
Lala lalaala la lala
No teman pequeños.
Si lloran mi regazo
Será  su dulce consuelo
Lalaalalala
En los días de frío y tempestad
Seré su cálido abrigo.
Mientras la joven madre cantaba su hermoso canto de cuna sus bebés  mamaban tranquilamente la leche materna de su madre en una armonía de ensueño y Paz. Shiro y lo demás que se encontraban en los pasillos sentían una desbordante paz que emanaba detrás de la puerta shoji

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⏰ Última actualización: Aug 13, 2020 ⏰

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