2. Recuerdos

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Al regresar a la casa, se dirigió sin distracción al baño, ese sentimiento que inunda el pecho con un irónico vacio, el cual hace que tus lágrimas broten sin quererlo, se estaba apoderando de ella. Se mojo el rostro con fuerza salpicando por todos lados para luego apoyar la toalla blanca en su rostro mientras hacía respiraciones profundas.

La joven del espejo estaba triste y desolada, al mismo tiempo enojada con ella misma y decepcionada. Procurando una sonrisa forzada mientras se volvía a maquillar recordó la primera vez que lo vio.

Ocho de la mañana de un día lluvioso en su 12avo cumpleaños; su madre había echo traer un vestido negro para ella; esa mañana esparcirían las cenizas de su padre en el arroyo.

Mildred pensaba con tristeza que siempre recordaría aquel momento en cada año que pasara, allí sentada en las escaleras de madera desgastada, apoyando su cabeza sobre sus brazos mientras unos mechones se escapaban de la trenza que su madre le había echo y la cual odiaba, le encantaba tener el cabello suelto, su padre decía que era como ver una cascada negra y brillante que le caía hasta la cintura.

Sumergida en su propia angustia no presto atención al portón que se rechinaba al abrirse ni a los pasos que venían hacia ella.

 – Feliz cumpleaños – Dijo el extraño con voz dulce y melancólica, al alzar la mirada delante de ese cielo gris un joven de unos 20 años, no lo conocía, pero por el traje negro seguro venia a la ceremonia sin embargo le extraño que supiese que era su cumpleaños ya que ni su propia madre o hermana se habían acordado, bueno, tampoco había nada que festejar. 

– Gracias, - contesto tímidamente, aquel joven subió un escalón y cerró su paraguas para luego sentarse junto a ella – ¿No te importa verdad? – ella se encogió de hombros. 

– Me llamo Eugenio, vendría siendo tu primo... ¿tercero? - Su padre era primo del padre de Mildred, pero no podía concurrir por lo que le había pedido a su hijo que fuera en su nombre. Intento hacer conversación para que la joven se animara pero no le estaba yendo muy bien. – Me gusta el otoño... pero la lluvia... - Señor... ¿No debería entrar a saludar a mi madre? – Dijo ella cortante haciendo que Eugenio parpadeara. – No conozco la casa así que... - Mildred sin muchas ganas se puso de pie y le indico con las manos que podía ingresar, este se puso de pie tirando el paraguas al suelo, cuando se agacho a recogerlo una de las canaletas se rompió haciendo caer un chorro de agua fría sobre él, fue tal el impacto que Mildred se echo a reír sin querer. Este la miro quedando perplejo, la sonrisa de aquella niña era tan brillante y su carcajada tan dulce, que tuvo que reprocharse. – Deberia pasar primero al cuarto de baño –

- Primero Otoño y ahora en primavera – Dijo en voz baja casi para sí misma, sentada en la tapa del inodoro que su madre había mandado a pulir para que brillara. – Solo tardo 10 años en pasar de estación. – Esta se levanto y apago la luz tras de sí para luego subir lentamente los peldaños de madera al 2do piso.

Love Is, The moment.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora