Medaigual [Capítulo final]

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Narrador externo

Y llegó el día por fin.
El tan ansiado torneo interescolar empezaba esa misma mañana.

Kenma se cambió y bajó a desayunar, donde le esperaba su madre ansiosa por el primer partido oficial de su hijo.

Después de acabarse el desayuno, coger su bolsa y despedirse de su madre, se fue hacia la escuela donde su equipo le estaría esperando.

El día era agradable, lo que facilitaba la pequeña caminata. Estaba soleado, pero corría una pequeña brisa lo que hacía que no se notase el calor.

En cuanto llega, se encuentra con sus compañeros, a pesar de que nota una ausencia.

—¿Dónde está Kuroo?—preguntó mirando a su alrededor.

—Seguro que está al caer— contestó Yaku

—Igual se ha dormido— añadió Hayato en un tono burlesco— No sería la primera vez que le pasa, y probablemente tampoco la última.

Nada más decir eso, se divisó una figura corriendo hacia su dirección. Era Kuroo.

—Perdonadme chicos— empezó a hablar mientras recuperaba el aliento, encorvado y apoyando la palma de las manos en las rodillas— se me habían pegado las sábanas, pero no por mucho.

—Cinco minutos más y te dejábamos tirado— comentó Yuki riendo.
—¿Cómo osas amenazar con dejar atrás al próximo capitán?

—Pues si llega tarde, tendremos que dejarle atrás—añadió una voz que llegaba desde un parking— Además eso de capitán aún hay que hablarlo.
Se trataba del entrenador Nekomata, que acababa de aparcar el autobús con el que irían al pabellón.

Durante el trayecto se intercambiaron escasas palabras, todos estaban muy nerviosos y la tensión era palpable, sin embargo trataban de disimular sin mucho éxito.

Cuando llegaron al pabellón tuvieron que esperar a que acabase un partido antes de poder empezar a calentar ellos. Mientras tanto, tenían un poco de tiempo libre.

Kenma se acercó a Kuroo, que estaba en una discusión animada con sus compañeros de equipo. Este cuando le vio se separó del grupo para acercarse al rubio.

—Deberíamos hablar—dijeron ambos a la vez, por lo que Kuroo soltó una pequeña carcajada.
—Sí, tal vez debamos

—¿Prefieres que vayamos a algún sitio más apartado?— Preguntó el más alto, a lo que el menor asintió.

Se dirigieron hacia unas mesas que habían cerca de dónde estaban, no sin antes avisar al resto de dónde estarían.
Cuando llegaron se sentaron uno enfrente al otro y hubieron unos segundos de silencio.

—Querías hablar— mencionó Kuroo.
El otro asintió y empezó a hablar, con tono cauteloso.
—Es sobre lo de aquel día, después de que me explicases química.
—Oh sí, me acuerdo.
Al decir eso Kenma se ruborizó.

—Bueno, realmente viene de antes— comenzó a explicar— Cuando te vi por primera vez me pareciste una persona muy atractiva, y cuando empezamos a hablar fue como...
—Magia—interrumpió Kuroo— Sí, yo también sentí eso, la sensación de comodidad y familiaridad a pesar de no habernos visto antes.

Kenma le miraba con sorpresa

—Y bueno—continuó— La verdad es que me pareciste adorable desde el primer momento. Cuando te dije que me gustaba tu sonrisa, no mentía. Tienes una sonrisa preciosa.

Tragicomedia de dos adolescentes. (KuroKen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora