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El sábado había llegado y ahí estaban Yoongi y Taehyung junto a su chaperón Jeongguk que no dejaba de comer como marrano.

— ¡Quiero mas brochetas de cordero!  exigió el menor

— Mira Cookie, ahora mismo estas mandando a la bancarrota mi cuenta bancaria ¿no quieres parar un poco?  preguntó algo enojado el pelimenta, aun recordaba aquellos momentos dorados donde un chiquillo de corte de hongo preguntaba con vergüenza si podía pedir un poco mas de arroz.

— No. —grito el nombrado. — Yo soy su cupido, fui quien los unió, arriesgué a ser golpeado por usted, estas teniendo una cita con la persona que mas te gusta y me pagas así ¿crees que esto es suficiente?

— Todo lo hiciste tu Cookie, pero...- Min fue interrumpido por el grito del menor: — ¿Pero? ¿Has dicho "pero"? Me ofendes, hyung, Aquí no hay un espacio para un "pero", cuando se casen seré el padrino de honor y si deciden tener hijos estoy demasiado seguro que uno de ellos llevara mi grandioso nombre.

— Pero si continúas tragando como puerco ni siquiera llegaremos a una segunda cita. – murmuro lo suficiente alto el castaño y eso concluyo con la salida enojada del menor.

—Idiota — Kim recibió un golpe de parte de su cita. — ¿Qué dije mal?

— Recuerda que gracias a ese "idiota" pudimos decir cosas que nunca hubiéramos dicho — reprocho el peli menta.

— Oye — el castaño se acerco al mas bajito sin importarle lo suficiente las miradas de asco que le dirigían algunos comensales en ese restaurante. —Quiero el beso que me prometiste, hyung

Yoongi se sentía débil cuando veía el puchero y los ojitos de atún cada vez que Taehyung quería mimos.

— Eres un imbécil — respondió el mayor para plantarle un castro beso al más alto, tenía mucha vergüenza, pero solo era un beso simple sin malicia, no era como las demás personas creían solo ellos dos sabían.

— Claro, soy un imbécil, pero soy solo tu imbécil. 

ImbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora