Parte única ↷

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Se sienta en su escritorio como todas las noches cuando el insomnio vuelve a hacerle compañía. Deja salir un suspiro. Tal vez dejaría la terapia; no siente ninguna mejora y continuan los problemas para conciliar el sueño.

Cierra los ojos, recargando su peso en la silla giratoria y da un pequeño giro intentando aclarar su mente. Siente la frustración llegando a él, esta vez con más persistencia, causando que la ansiedad se construya en su interior. Su respiración se hace algo inestable pero trata de sobreponerse a los síntomas que empiezan a tomar su cuerpo. Luego de agarrar con fuerza los apoya brazos y tomar algunas respiraciones profundas se siente más relajado, con una leve sensación de victoria; esta vez solo dos lágrimas escaparon de sus ojos cerrados fuertemente.

Aún repite un par de veces los ejercicios mentales aprendidos en estos dos meses. De acuerdo, tal vez la terapia no era tan mala después de todo. Hace rotar la silla una vez más, enfrentando el escritorio de nuevo. Apoya los codos en la madera caoba del mueble, y deja descansar el rostro en sus manos. Debía buscar una solución, algo que lo hiciera sentir mejor de una vez por todas. Volvió a pensar en su terapeuta, era bueno pero él ya sabía que no daría frutos a corto plazo... "Piensa en otras personas, sal más, diviertete con tus amigos". Recordar esas palabras lo hizo reir amargamente para sus adentros. Sí, claro, él intentaba esas cosas... a veces. Era difícil despejarse cuando lo veía en todos lados, el pasado venía a él en forma de momentos felices que a él lo quebraban cada día más.

"Podría escribir una carta... no es necesario que la envíe, solo que la escriba, señor Im. Es un método para reflejar sus sentimientos."
Bueno, al menos podría intentarlo. Abrió los cajones del escritorio, haciendo a un lado las partituras y letras de canciones sin terminar; otro de sus problemas más recientes: no podía finalizar sus canciones o debía rehacerlas; inconscientemente seguía pensando en su voz, en su registro y amplitud vocal, y en qué clave debían estar sus composiciones para hacerlo destacar aún más. Cerró sus ojos una vez más ante el recuerdo y respiró profundo de nuevo; a veces se tornaba demasiado difícil todo...

Finalmente encontró una pila de hojas en blanco. Las dejó sobre la superficie de madera y tomó un bolígrafo del lapicero que había casi en la esquina derecha del mueble, aquel que siempre parecía que se caería pero nunca lo hacía, y que él tampoco nunca acomodaba en otro lugar. Presionó la punta del bolígrafo, haciendo que saliera la punta del mismo, y lo apoyó sobre el papel. El problema ahora era que no sabía qué escribir. Nuevamente frustración; nuevamente tiempo para calmarse; nuevamente centrar su mente en algo más.

Comenzó por anotar la fecha y hora; "Sería lo más lógico" se dijo a sí mismo.

Sábado 24 de febrero de 2018
Seoul, Corea del Sur
04:47hs

No se sorprende para nada por la hora; ya era algo normal para él despertarse a diversas horas de la madrugada.

¿Debería escribir un "saludo"? Ya no sabía cómo decirle desde ese día. Obviamente no podría usar los apodos de su tiempo como pareja, no sería coherente, y llamarlo simplemente por su nombre, como si fueran completos desconocidos... No, no podía. "De acuerdo, sin saludo entonces". Tachó sus intentos anteriores; pasando ahora al cuerpo de la carta. Y de nuevo no supo qué escribir. Dejó caer el bolígrafo sobre el escritorio y volvió a apoyarse en el respaldo acolchado de la silla, alejandose un poco del mueble y llevando las manos a su cabello, desordenandolo un poco.

Los segundos pasaban, escuchaba el tic-tac de las agujas del reloj recordándoselo. Dejó caer los brazos a los costados de su cuerpo a medida que sentía más recuerdos invadir su mente, pero esta vez no eran buenos, eran aquellos que destrozaban su corazón más que cualquier otro: aquellas noches en que lo encontraba llorando, o que se encerraba para hacerlo. Esos eran los momentos que más odiaba porque, no importaba qué hiciera, nunca podía mejorar el humor del menor, nunca podía lograr que abriera esa puerta que los separaba y se desahogara con él. Recordó la impotencia que sentía, las veces que golpeó esa puerta hasta que sus manos dolían y gritaba su nombre, mientras se oían los sollozos al otro lado; y minutos después el menor salía de esa habitación luciendo una sonrisa triste para calmarlo a él, cuando sus ojos se encontraban rojos y comenzaban a hincharse, así como los propios. Las veces que él terminó llorando y abrazandolo por verlo en ese estado. Las veces que al día siguiente despertaba y él ya estaba esperandolo con el desayuno listo, una sonrisa más genuina en sus labios y toda la intención de hacerle olvidar los sucesos ocurridos...

Abrió los ojos nuevamente, acomodó la silla, tomó el bolígrafo y comenzó a escribir sin pensar en las palabras que iba dejando plasmadas en el papel.

¿Cómo puedo decir esto sin sonar como una persona egoísta? Pienso eso todos los días.

O tal vez sí lo soy, porque aún quiero más de ti: más de tus sonrisas, más de tus tonterías, más incluso de esos momentos en los que te sentías como si ya nada tuviera sentido porque es en esos momentos donde quiero ser más para ti... quiero ser la persona en que confíes cuando no sepas con quien hablar, la persona con quien puedas llorar cuando creas que a nadie le importa, la persona que pueda abrazarte y contenerte porque, aunque no quieras contar lo que sientes dentro, quiero ser aquel que nunca olvides que siempre estará para ti, que sostendrá tus pedazos rotos, que te esperará hasta que te sientas mejor si no quieres depender de nadie para reparar tu corazón roto. Porque aunque tu sí seas independiente de mi, yo no lo soy; soy completamente dependiente de tu humor, de tus palabras, de tus sonrisas y lágrimas... soy completamente dependiente de tu amor...

Percibió cómo una lágrima comenzó a rodar por su mejilla hasta acabar su recorrido sobre la hoja, la misma que seguía siendo llenada por sus palabras, como si no pudiera detenerse.

Así que aún estoy aquí, esperando por ser tu algo cuando tú aún eres mi todo.

Pensando en todo lo que quise ser y nunca pude. Pensando en todo lo que debí haber hecho y nunca encontré la forma correcta. Pensando en lo mucho que aún te amo y que no te lo dije lo suficiente. Pensando que tal vez escribiendo esto pueda dejar de pensar un segundo en ti porque no tengo el coraje de enfrentarte, porque sigo siendo el mismo cobarde que conociste y que no fue capaz de comprenderte y ayudarte cuando lo necesitabas. Pensando... simplemente pensando en el tiempo que ha pasado, en las memorias que aún perduran en mi... ¿lo recuerdas también?

Elevó la cabeza necesitando tomar algo de aire; riendo amargamente por segunda vez esa madrugada cuando la realidad vuelve a golpearlo, trazando con el bolígrafo una vez más...

Y es en este momento en que me doy cuenta que en verdad soy una persona egoísta, porque aún te necesito, aún te amo, aún pienso en todo lo que hice mal y cómo debería haber actuado... aún intento ser alguien mejor pero sé que no lo lograré, ya no, pero así está bien, tal vez así debía ser...

Ya sin poder controlarse, sin poder recordar los ejercicios para calmarse, escribe las últimas palabras con pulso tembloroso, con aún más lágrimas escapando de sus ojos y los sollozos lastimando su garganta; pensando una vez más en el menor, pensando siempre en él, en su Youngjae.

Todos caminamos en el tiempo: tu caminas hacia el futuro y yo sigo estancado en el pasado porque, una vez más, soy una persona egoísta que no quiere dejar ir nuestros recuerdos compartidos. Y así está bien, tal vez así debía ser.

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Es la primera vez que subo algo aquí. Agradecería que me digan si les gustó o no. Tal vez siga escribiendo, idk
En fin xd gracias por leer y adiós~♡

Walkin' In Time - 2jaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora