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Asesinato en el altar.

En la iglesia había dos personas,

La mujer iba de blanco, el hombre de traje

La mujer brillante, el hombre elegante

Y los dos estaban dispuestos a casarse.

Un "sí quiero" de ella,

Un "sí quiero" de él

Y ahí estaba el cura

"Yo os declaro marido y mujer"

Ella es rubia y de ojos celestes,

Una mujer guapa e inteligente

Y con ese vestido de novia,

Es la chica más hermosa.

Él es moreno de ojos marrones,

Un poco asustadizo en ciertas situaciones,

Pero de él, no te dejes engañar

Es la persona más lista que puedas encontrar.

Ambos se enamoraron una noche de invierno

De esas frías que hay estrellas en el cielo,

Pero no compartieron su primer te quiero

Hasta dos años después de su primer beso.

Hoy es el día de su boda,

Él piensa que ella es una diosa,

Ella que él es su brújula,

Y juntos,

Que se aman más que nada en este mundo.

Ya esté hecho, ya todo sucedió,

No le des más vueltas, no cambiará la situación.

Se observa, de un invitado, una pistola,

Es ahora o nunca, se dice con determinación.

Un ruido seco por la habitación,

La pistola con pólvora se quedó,

El hombre en el suelo cayó,

Y de la mujer un grito se oyó.

Con la sangre un charco se formó,

Y ella a su lado se arrodilló,

El invitado rápidamente se arrepintió,

Y las esposas poner se dejó.

Pero ya era tarde, no había solución.

Él murió junto a la mujer,

Que de su vida, amante es.

Ella llorando se quedó,

Lo había perdido el día de su amor.

Frío al tacto se quedaba,

Y como la nieve pálido estaba,

Sus ojos poco a poco se cerraban,

Y de su cuerpo el alma se elevaba.

Ella su vestido manchaba,

Pero le daba igual, ya no le quedaba nada,

Había perdido aquello que más amaba,

Y ya no le importaba si roja se quedaba.

¿Por qué lo había matado?

Todos se preguntaban,

Nadie entendía lo que pasaba.

Se repetían ¿Por qué lo había matado?

Era una traición, un engaño amoroso,

Ella se fue con otro,

El invitado se quedó solo.

Él quería venganza, no puedes dudarlo.

Y así es como acaba esta trágica historia,

Con él muerto y ella desolada,

El invitado con las esposas ya estaba,

Y como dice el refrán

"hasta que la muerte os separe"

Y eso ya había pasado.

RimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora