Capítulo 2

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5 minutos después, la niña se ha vestido, no deja de llorar porque le pica mucho y no deja de removerse incómoda.
— Por favor señor Cooper, déjeme ir al baño al menos por favor, por favor, no quiero oler a pis todo el día jolín que asco. — Llora y da una patada al suelo enfurruñada.

— ¡He dicho que no! No me hagas repetir las cosas joder. — Gruño. Ella intenta entrar al baño empujando la puerta, así que la agarro del pelo y la doy un tortazo. — ¿No te acabo de decir que no? Joder mocosa obedece a la primera. — La lanzo a la cama y ella patalea como un bebé.

— No puedo... me dan pinchazos jo. — Dice ella entre llantos angustiada. Lo cual a mí me la suda.

— Pues será mejor que lo hagas antes de que acabes en la enfermería. — Ella abre grandes sus ojos asustada ante esa especie de amenaza y finalmente hace pis en el pañal con bragas y ortigas incluidas. Se tapa la cara con la mano como si sintiera vergüenza y las lágrimas caen entre sus dedos.

Miro el reloj. — Es hora de bajar a desayunar. Vamos. Ve a buscarme en el recreo y si has sido buena te lo quitaré. Intenta no ganarte castigos extra o acabarás peor. ¿Recuerdas lo que le pasó a Mary el viernes? — Sonrío al recordarlo. Ella era una compañera suya de clase que el otro día se olvidó los deberes en mi clase y delante de todos los alumnos le puse un supositorio de pimienta y un pañal y lloró y se removió el resto de la clase.

Finalmente vamos al comedor, ella va a las mesas de los alumnos y yo voy a la mesa de los profesores. Me siento en un lado solo, pensativo, dando vueltas a mis demonios y de reojo la miro viéndola con la vista gacha porque está muy a disgusto.

Pasa la mañana y doy mis clases como todos los días. A la hora del recreo llaman a mi puerta. — Adelante. — Digo porque estaba esperando que fuera ella y tenía las cosas preparadas, unos guantes de goma, un caldero con agua fría y una esponja dentro y una pomada junto a otro pañal limpio.

— Hola señor Cooper. ¿Puedo pasar? Por favor quítame esto ya por favor. — Suplica ella, que ya no lo soporta más.

— Entra y ven aquí. Te voy a quitar el pañal. — Me pongo de pie, me pongo los aguantes de goma y cuando viene la quito la falda dejándola en mi mesa y la quito el pañal. — Quieta, no te muevas. — La ordeno, doblo el pañal y lo tiro a la basura con bragas y ortigas. Cojo la esponja con agua del cubo y limpio su coño y culo.

— ¡Ay! Está muy frío. Jo... Quiero ir al baño. — Me pide ella poniendo cara de pena.
— Está frío para que baje el hinchazón y no vas a poder ir al baño hasta la tarde. — La digo y sigo limpiándola con agua fría mientras se remueve. Luego, a diferencia de otros tutores, le pongo pomada por el coño, el culo y el muslo interno que estaba todo rojo e hinchado. Le pongo el pañal nuevo y le doy la falda para que se la ponga.

— Después de comer iré a tu habitación y te lo quitaré. Pero debes aguantarlo todo el día si no quieres acabar peor. Ahora lárgate, estoy ocupado. — La digo y ella gruñe pero finalmente se va de mi despacho.
Yo almuerzo, coloco las cosas y sigo mi día tan normal, dando las clases pertinentes.

A la hora de comer la veo en una mesa y me mira con asco pero suplicando con la mirada. Intenta venir a mi mesa pero por el camino un profesor la dice que se vuelva a su sitio. Necesitaba hacer de vientre pero yo no iba a quitarla el pañal aún.

Cuando voy a su habitación, a eso de las 16;30, la veo de pie con las piernas un poco separadas, abrazándose a sí misma y llorando. Entro y cierro con llave.
— Ábreme la puerta del baño joder. Esto no es justo. Eres un imbécil. — Dice ella llorando y enfadada. Me acerco a ella y la cruzo la cara.
— No vuelvas a insultarme, aprende a respetar a tu tutor. Ahora ven aquí y deja de llorar.

— Ella me mira y camina extraño. — Túmbate en la cama. Voy a quitarte el pañal. — Se tumba aunque la agarro del brazo para que acabe de tumbarse y cuando quito el pañal veo que ha hecho caca y por eso llora. Saco toallitas, limpio su culo y la quito el pañal. — Ya puedes ponerte unas bragas e ir al baño. — Abro la puerta de su baño y tiro el pañal ahí. — Espero que aprendas a comportarte mejor de ahora en adelante o irás siempre con pañal.

[Continuará]

Demonios del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora