Juro que lo veía a él y no me quedaban ganas de mirar a nadie más. Lo juro.
Ni siquiera tenía la certeza de que él sintiese lo mismo por mi,es más...ni siquiera sabía si realmente él pensaba en mi como yo lo hacía.
Pero mi terco y necio corazón latía fuertemente cada vez que veía su nombre en la pantalla de mi celular. Me obligaba a mi misma a no sentir aquello por él porque yo misma sabía,que en algún momento saldría lastimada y nadie más que yo tendría la culpa.
Muchas veces me encerraba en mi habitación llorando por él porque ni siquiera notaba de lo que yo era capaz de hacer. Veía sus miles de fotografías y juro que el verlo sonreír era un simple motivo para hacerme feliz. Quería que él fuese quien tomara mi mano por mucho tiempo,que me abrazara en aquellos momentos de noches color grisáceo,que llamara cada vez que me extrañara,que cada uno de sus besos fueran para mi.
Realmente no sabía si él sentía miedo de enamorarse o si yo no era lo suficientemente buena para llenar sus expectativas,quizás era lo segundo y nunca quise darme cuenta.
Soñaba con él repetidas veces,y al despertar cerraba mis ojos no queriendo nunca que aquello acabara,porque aunque solo fuese en sueños me hacía feliz.
Juro que me perdí en sus lunares,esos que formaban una bonita galaxia y que si los unías formaban una pequeña osa mayor. Sus ojos me inspiraban tantas cosas...que Dios...solo él sabe lo que me hacían sentir. Me sentía incapaz de ser todo lo que él necesitara,yo sé que él aspiraba a mucho más. Mientras yo solo era una pequeña poeta dueña de un corazón con remiendos en la mano dispuesta a dárselo sin siquiera saber si me tocaría de nuevo cocer mi ya frágil órgano vital.
Se que él había sufrido..no se si tan poco o si un tanto más que yo. Pero Dios,juro que yo quería curar sus heridas y enseñarle que no todo lo que cuentan allá afuera es verdad. Pero de nuevo me sentía incapaz de ser lo mejor para él. Yo quería entregarle el mundo entero en un pequeño suspiro,darle un pequeño infinito en menos de un segundo. Porque sé que él se merecía aquello y mucho más. Quería que fuera inmensamente feliz,para que así contara alguna vez la historia de un amor puro y descabellado que alguien le llegó a sentir. ¿Por qué cupido nos hace esto? ¿Acaso los dioses del Olimpo nunca le castigaron severamente por ser tan inhumano? ¿Acaso no se daban cuenta del daño que me hacía atando mi corazón a él? Porque si bien es cierto,sentía que él era todo pero ese todo no sentía lo mismo que yo. Dicen que entre dos partes,uno siente más que el otro. Pero vaya dilema se arma cuando ni siquiera sus manos se han llegado a rozar. Dios mío...yo solo quería que sus ojos me pertenecieran. Que sus pensamientos viajaran hacia mí aunque fuese tan solo un instante. ¿Acaso era mucho pedir? Él ni siquiera sabía de lo que su voz provocaba en mi ser,creo que decir que un revoloteo de mariposas danzando en mi estómago era poco. Pero al menos podría darle una pequeña idea de lo que provocaba en mi. Nunca quise poner mis ojos en aquel chico de sonrisa triste...nunca. Porque de haber sido por mi,me habría fijado locamente de quien sintiera lo mismo por mi. Creo que nadie nunca comprenderá como mi corazón se sentía cuando el solo pensarlo se paseaba por mi mente. Y nadie nunca comprenderá lo que aquel muchacho me provocaba internamente. ¡Dios! Juro que mis intenciones eran siempre buenas. De mi corazón siempre han brotado sentimientos buenos. Y hacía él eran más puros que de costumbre,me hubiese gustado poder explicar lo que él era para mi en una sola palabra pero siempre supe que se merecía todas aquellas bonitas que en el mundo existieran.