Nympha's Hollow

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Katt paseaba sor el mercado esperando recordar qué era lo que se le habia olvidado, ya tenía los alimentos necesarios, los productos personales y de limpieza que su padre le había encargado. Tambien tenia las escencias florales que usaba en sus pequeños rituales de relajación que eran muy faciles de encontrar en un pueblo como Nympha's, que estaba rodeado por  grandes bosque y lleno de flores silvestres.

Katt podía vivir tranquila en Nympha's Hollow, con su padre, quien le ofreció vivir en la ciudad luego de la muerte de su madre, pero Katt no aceptó, no solo porque el recuerdo de su madre estaba en aquel pueblo, también porque para ella la ciudad era demaciado grande y ruidosa, además las casas en la cidad estaban pegadas la una a la otra, cosa que le atentaba con su tan apreciada tranquilidad.

A Katt le gustaba vivir en Nympha's Hollow, un pueblo tranquilo, con cerca de 4000 habitantes; ni muy pequeño para aburrise, ni muy grande para perderse. Le gustaba poder conocer  todos los lugares del pueblo, como el mercado, donde  podía encontras comida y suministros para su casa; la cafeteria, con grandes acientos con forma de semi circulo que rodeaban cada una de las mesas, y una barra larga con sillas, con un mostrador lleno de pasteles, definitivamente, un buen lugar para reunirse;  el parque central, que era otro pequeño bosque en el centro del pueblo, donde los mandre iban con sus hijos y hablaban con otras madres, donde Katt iba cuando necesiraba recordar a su propia madre; el centro  de botanica de Crista, donde podía encontrar escencias de flores y velas. Le gustaba conocer a la mayoria de las personas de que vivían ahí. Le gustaba que el pueblo estuviera  rodeado por bosques  llenos de fragantes flores silvestres, por los que podía perderse  por horas, sin que nadie la encontrara cuando no quiería se encontrada. 

También le gustaba las tradiciones de Nympha's que se basaban en ancestrales  rituales de las brujas que lo habitaban decadas atras, en los que principalmente los habitantes del pueblo se reunian a la luz de las antorchas  a cantar  y bailar viejas canciones, o a hacer ofrendas  a los dioces a la media noche, dependiendo de la celbración.

Sin poder recordad lo que se le ovidaba, rendida, Katt se encaminó a casa. El camino no era muy largo, solo tenia que camirar cuatro calles por la avenida principal, y luego dos hacia el extremo  izquierdo, y ahí encintraba el pequeño camino de tierra  por el que llegaba a su casa. La casa de Katt estaba muy cerca de un pequño río, cosa que a Katt le encantaba. Avansó  un poco mas y llegó a su destino, don de su padre la esperaba.

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Nota de la autora:  espero que le haya gustado, si fue así , comenten y voten por favor. Trataré de subir hoy o mañana  en la tarde. Disculpen la demora.

Entre las sombras. TEMPORALMENTE DETENIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora