Las noches.
Son los momentos donde mi cerebro máquina, y no me deja tranquila. Mis recuerdos me agobian, se amontonan en grupos y pasan frente a mí. Intentó pensar en otra cosa, pero no puedo.
Siento que esto me tortura sin tocar me.
Las palabras se agrupan y atoran en mi garganta. Deseo grita. Deseo correr. Deseo desaparecer. Me siento presa de mí misma, quisiera tener a alguien junto a mí, que me sacuda de la realidad, o quizá me lleve lejos y no volver a ella nunca más. Pero eso no pasa y tampoco es posible.
Estoy sola hoy, estaré sola mañana y así, hasta el momento en que mis ojos se cierren y me vuela parte de la oscuridad que da paz, esa donde no vuelves a la luz que un día te atormentó, y esa paz se llama:
La muerte.
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La luz que apago mi oscuridad
Random¿Y si hay cierta luz donde pensaste que solo había oscuridad?