Entre al maldito despacho, nunca mejor dicho. Las paredes color negro y la alfombra del suelo rojas como la sangre, tal vez estaban teñidas con eso. Odiaba ese lugar, en especial porque cada vez que entraba allí era para que me asignasen a alguien. Me acerque al escritorio gigante que había allí y espere a que me diera las próximas órdenes. Estaba viendo por una gran ventana como castigaban a los nuevos allí. Parecía disfrutar del dolor de los demás...pero por supuesto, pensé obvia. Aclare mi garganta para que él se percatara de mi presencia. El aun sin voltear hablo.
-Te vi llegar, cariño. No tienes por qué hacerte notar- Su voz era grabe y fuerte, con un silbido de fondo. Era como las distorsiones que usan los humanos para amenazas o bromas telefonicas. -Siéntate- Una silla apareció de la nada y me senté en ella. -Bien Eve, tus vacaciones acabaron... Es tu decisión ahora, ¿quieres seguir siendo un Ángel o desaparecer para siempre?
-Seguiré trabajando señor Satán- Respondí segura.
-Bien, Cristo y yo hemos decidido ya tu próximo asignado-
-Bien, dígame quien es e iré de inmediato-
-Asignación N° 666, mi numero favorito- Rió. -Andrew Dennis Deann Biersack, 23 años de edad, cantante famoso, oriundo de Ohio... ahí arriba, en la carpeta esta todo lo que necesitas saber de ese Biersack-
Baje la mirada al escritorio y apareció allí la carpeta. La tome y la abrí para saber quién sería esta vez. Observe la foto que había allí. Cabello negro a un lado, tenía rasgos muy marcados, ojos azules que parecía ser lo único dulce en su aspecto, estaba tatuado, tenía un piercing en el labio y otro en la nariz al igual que yo y su contextura física era bastante delgada. Parecía alguien difícil, de esas personas que se llevan el mundo por delante, que no los intimida nada y que no son nada fáciles de sorprender. Le di una rápida lectura a lo que había allí escrito. Al parecer el joven tenía una fuerte obsesión con un personaje ficticio llamado Batman...algo no cuadraba en este informe, no decía cuál era mi misión.
-Disculpe señor, pero el informe está mal hecho...-
-No lo está, lo hicieron así, exclusivamente para ti...-
-¿Pero cómo sabré yo que función debo cumplir?-
-Debes darte cuenta tu misma. Debo decirte que no tengo nada que ver con esto, así lo dispuso Cristo-
-¿Puedo preguntar, porque yo y no otro?-
-Eso también debes descubrirlo tú...- Río nuevamente. -Tienes dos días para decidir si iras o no...Sino ya sabes que ocurrirá-
-Está bien, no hace falta los dos días, iré ahora mismo- Me pare dispuesta a salir de allí y cumplir con mi trabajo.
-Creo que olvidas algo...- Dijo este con voz burlona.
-¿Qué?- Dije mirando la carpeta como si fuera lo único necesario.
-En la Tierra o mejor dicho, donde vive este individuo, es de día. Recuerda que debes aparecer a la noche cuando esté a punto de quedarse dormido- Mierda. Casi olvidaba eso. -También, mi querida Eve, como ya acabaron tus vacaciones debo devolverte tus alas. ¿Cómo piensas llegar a la Tierra sino? Caminando no creo...- Dijo riéndose de lo torpe que era. -Bien, aquí tienes...- Dijo y dos pequeñas plumas comenzaron a rasgar mi espalda. Luego miles salieron formando unas maravillosas alas ensangrentadas.
-¡Muchas gracias señor! Perdóneme por olvidar mis alas...-
Salí de allí dispuesta a limpiar mis alas, mientras esperaba a que se hiciera de noche en el lugar donde este humano vivía.
* * *
Tome todo lo que necesitaba, ropa, amuletos, todo lo que hiciese falta. Aliste mis alas, las cuales habían aumentado su tamaño, estaban relucientes, completamente blancas y hermosas. Las había extrañado tanto... Moví mis alas de arriba hacia abajo un par de veces y ya estaba a muchos metros del suelo. Lo hice unas cuantas veces más hasta que ya no se hizo visible el cielo ni el infierno. Pude divisar a lo lejos una especie de portal, me había olvidado de él, era la única puerta que los Ángeles podíamos cruzar para llegar al mundo humano, por así decirlo. Era una especie de agujero negro, pero este no absorbía cosas, sino que solo se lo atravesaba y aparecías en el lugar de tu asignado…
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Fallen Angels (Andy Biersack)
FanfictionNo quiero la vida eterna, tampoco quiero sentir de nuevo, ni quiero volver a volar, mucho menos quiero volver al cielo o al infierno... pero lo que realmente no quiero, es volver a estar un segundo sin ti.