Ils vécurent heureux pour toujours

2K 159 7
                                    

Estabas harta, harta de que Asa ya no te prestara atención, que llegara tarde con la excusa del "trabajo", y que cada vez que tienes tiempo para el, el no lo tiene para ti. Su relación de 5 años se estaba destruyendo, y no sabias como evitarlo; te diste cuenta, que quizá ya no estaban destinados a ser felices por siempre, como habían prometido. 

Tus manos juntadas en tu regazo, esperando por tu novio llegue a casa. Un té caliente, acompañaba la escena, digna de película, pero lamentablemente no lo era. 

El golpe en la puerta hizo que te levantaras, y veas a Asa medio adormilado y con una cara de malhumor. 

— Asa, tenemos que hablar.— Te paraste frente a el, con tus brazos cruzados.

— Tengo sueño, lo hablamos mañana.

El paso de ti, golpeando tu hombro y subiendo las escaleras. Estabas triste y decepcionada, pero sabias que esto estaba acabado. 

— Creo que deberíamos terminar.

Cuando dijiste eso, pensaste que su reacción seria nula, te ignoraría y se iría a dormir; como si nunca le haya importado, que en realidad, es como se había comportado los últimos meses. Pero no, Asa se paro de golpe, y se dio la vuelta.

— ¿Qué?— Pregunto, por lo que parecía tener un tono preocupado.

— Eso, creo que deberíamos terminar.— Te removiste un poco incomoda, y no sabias si los ojos cristalizados de Asa eran de tu imaginación o si, a el también le estaba afectando esto. Se acerco a ti, como si estuviera por tocar un cristal que al mínimo toque, rompería en pedazos.— Piénsalo por favor hace tres meses me vienes ignorando, llegas tarde, siempre estas cansado y no lo soporto, ¡Por dios, no lo soporto! Odio que cuando trato de estar contigo tu...simplemente te pones frió, y-y si no quieres estar conmi-

— ¡No, Dios, no! ____, escúchame se que los últimos dos meses me estuve comportando como un competo idiota y ¡Tienes razón, soy un idiota! Per-pero debes escucharme ¿si?— El estaba llorando, como yo.  Sus palabras eran apresuradas y nerviosas, yo estaba aturdida, me dolía la cabeza y solo quería volver atrás los meses, donde todo estaba bien.— Yo, lo puedo explicar y si quieres terminar conmigo, luego de esto, lo aceptare. Creo, creo que deberíamos ir al auto, ven.

— ¿Al auto? Asa, si estas buscando una estúpida excusa para est-

— Lo juro, te lo explicare pero debes acompañarme, por favor.— Rogó el chico y asentiste.

Te guió hace el auto, y te abrió la puerta del mismo, acto que no hacia hace bastante tiempo. Agradeciste, se veía nervioso y tenia una pizca de desesperación por hacerle entender a su novia el porque de su comportamiento. En el viaje, nadie dijo nada, ambos pensaban en lo sucedido y en si podrían arreglarlo. 

El coche se paro en una zona poca habitada, las casas tenían 30 metros de distancia,  y el lugar se parecía mucho a un bosque, aunque había menos arboles. Asa te dijo que lo acompañaras a una casa que estaba en frente , era hermosa, pero se notaba que aun le faltaban cosas por terminar, las rejas rodeaban la casa, pero Asa abrió un par para que pudiéramos entrar. Un jardín glorioso, con rosas y una fuente; presentaban la casa. Tu mirada se dirigía a todas partes con encanto. La casa, completamente blanca con un techo de madera, estabas maravillada.

— ¿Te gusta?— Cuestiono Asa.

— Es una casa hermosa, y el jardín es precioso.

— Me alegra, porque es para ti.— Lo miraste sorprendida, estabas en shock.— Bueno, para los dos. Pero el caso es que, por esto estuve tan distante, mis amigos me dijeron que si yo me mostraba más frió tu no sospecharías, aunque creo que lo actué demasiado bien, lo siento.— Explico, pero tu estabas congelada, no sabias que decir ni que hacer.— Si aun quieres terminar conmigo, esta bien, yo te dejare la casa; la diseñe para que sea perfecta para ti, te vi revisando las revistas hogareñas y para mi seria imposible vivir aquí sin ti.

— A-Asa, no puedo creerlo, realmente no puedo. Lo siento, lo siento soy una estúpida, quiero morirme por Dios.— Te lamentaste, y lo abrazaste; ahora lo entendías, y te sentías como una idiota, una completa idiota.— Ten por seguro que no terminaremos, no puedo vivir sin ti, no se en que estaba pensando, lo siento tanto. Me sentía tan mal, sentía que ya no me amabas.

— Cariño, no eres una estúpida, y te amo, te amo tanto que haría esto y más, porque te mereces más que esto. Lo haría todo por ti, absolutamente todo.— El abrazo se unifico y beso tu cabeza.

— Lamento haber arruinado tu sorpresa.

— Lamento haberte hecho sentir mal, así que vamos adentro, hace frió y me sentiré demasiado culpable si te enfermas.— Te dejo un beso en la  frente y se paso la noche mostrándote la casa. Porque ahora, todo estaba bien, como antes, porque jamas había dejado de serlo, se amaban y eso era lo importante. Así termina esta historia, con un...

Y vivieron felices para siempre.




Aѕα Bυттεяƒιεld • Oиε Sнσтѕ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora