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Tic-toc.
Tic-toc.
El reloj emitía ese sonido tan repetitivo para Beomgyu.
Repetitivo como sus días.
Entró a su salón, la soledad era su acompañante como de costumbre. A cualquier persona eso se le haría incómodo pero aquel pelinegro estaba más que acostumbrado.

«A veces me pregunto ¿por qué estoy solo? ¿acaso soy tan diferente como para que me excluyan en todo?»

El menor se sentó al costado de la puerta ya cerrada de su salón, sacó sus audífonos y se dispuso a escuchar música hasta que escuchó un ligero chirrido proveniente de la puerta.

Mmm, aquí no hay nadie. Debí llegar demasiado temprano

Musitó el extraño para luego dirigirse y sentarse en uno de los asientos del medio, grande fue su sorpresa al ver al menor de ambos sentado en el piso, este dejo su mochila en su asiento y caminó hasta posicionarse frente a el.

— Buenos días.

El menor ya se encontraba sumergido en la música. Había ignorado por completo la presencia ajena ya que prefería escuchar canciones calmadas por la mañana, la letra lo solía inspirar y era como una especie de terapia para relajarse e incluso olvidar que estaba ahí.
La música lo hacía sentir en las nubes, sentía que flotaba y cada nota se sentía como una suave caricia que lo dejaba con ganas de más y más, pero el mayor optó por quitarle un audífono del oído ya que prácticamente ignoró su saludo.

— Hola tú, me llamo Kang Taehyun y soy un alumno nuevo —sonrió y estiró su mano con la intención de estrecharla con el contrario—.

Beomgyu miró a Taehyun con un semblante bastante molesto, pero no sabía sin pararse e irse y dejarlo así o responder el saludo. Eligió la primera opción y estaba a punto de levantarse pero volvió a pensarlo dos veces y estrechó su mano. No buscaba tener más enemigos pero tampoco quería ser tan amigable.

— Soy Choi Beomgyu —estrechó su mano con la del mayor por unos segundos y luego volvió a ponerse el audífono—.

— Vaya, al parecer alguien quiere estar solo—esbozó una pequeña sonrisa burlona y se levantó dirigiéndose a su sitio—.

Esos ojos...

[...]

El tiempo pasó rápidamente y Beomgyu se encontraba yendo a su asiento con suma prisa. Había sido encontrado por el profesor principal dormitando en un arbusto a espaldas del patio principal y vaya que eso no era nada bueno.
Como "buen alumno" que era, apoyó su cabeza en la carpeta para nuevamente poder dormir.
El cansancio de Beomgyu provenía de sus desveladas nocturnas y de su gran deseo de estar muy solo en la mañana.

— Joven Choi—el profesor lo movió con su regla—Joven Choi, despierte—su intento de sacar de los brazos de Morfeo al joven fueron en vano—¡Choi Beomgyu! ¡A dirección!— dicho esto golpeó la mano del menor con mediana fuerza para que por fin reaccionara, el pelinegro despertó asustado pero luego miró al de mayor edad con desprecio mientras que lo maldecía internamente por aquella humillación que probablemente sería motivo de burla para sus acosadores.

Se levantó de su asiento y salió del salón a paso lento.

[...]

Su castigo no fue tan malo después de todo a pesar de ser la quinta vez siendo regañado por el mismo motivo, simplemente limpiaría los salones de su recta, no podían darle algo mayor.

El receso llegó, era el momento más odiado de Beomgyu, quizá por el hecho de ser el raro solitario o por ser el blanco de burlas de algunos. Fue a la cafetería y tomó su almuerzo, kimchi, arroz y carne como de costumbre; divisó una mesa vacía y empezó a comer lentamente mientras escuchaba música con sus audífonos que anteriormente se había puesto.

Digirió sus alimentos con tranquilidad, calma y paciencia, cosa que le pareció muy extraña ya que siempre le tiran el almuerzo dejándolo con hambre pero de todas formas no bajó la guardia. Ya había tenido demasiado por ese día.

Se retiró de la mesa y pasó por el costado de las personas que lo molestaban constantemente.

Grave error.

El sonido de una charola de metal estrellándose contra el piso se mezcló con el silencio de una multitud de estudiantes y posteriormente murmullos de estudiantes en su papel de viejas chismosas.
Beomgyu se había estrellado en el piso producto de que alguien le había puesto la zancadilla.

Ya se estaban demorando...

Se levantó un poco adolorido y quiso recoger los desperdicios caídos, pero este fue empujado hacia una columna que había en la cafetería.
Su cabeza chocó fuertemente contra el cemento y sintió un ardor en la frente, tocó ese punto y sus dedos habían quedado manchados de un líquido algo espeso color carmesí.
El golpe lo había aturdido bastante, tanto así que su vista se había tornado borrosa y ya sentía que estaba fuera de sí.

Ahí te voy, mamá coco.

Un grupo de estudiantes rodeó a Beomgyu pero ninguno se atrevía a acercarse. Notó que alguien pasó entre ellos casi corriendo, realmente no sabía de quién se trataba ya que apenas y podía abrir los ojos pero estaba ligeramente agradecido.

Hola, este es el primer capítulo de la historia espero que les guste.
Hasta pronto. ^^
Btw, cambié los personajes porque sentí que esto iba mejor con el Taegyu.
ღゝ◡╹)ノ cinn.

Asocial. (Taegyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora