Darling

| P R O L O G O |

No fue hasta ese dia cuando Eddie Gluskin se dio cuenta de que en este mundo aun existia la mujer de sus sueños.

Hace años que buscaba una mujer como su hermosa madre, todas las mujeres con las que estuvo eran unas simples zorras baratas, ninguna ellas era digna de tener aquel nombrado de señora Gluskin.

Eddie era un hombre muy importante, alguien que lo tenia "casi todo".

Las mujeres con las que tuvo un romance se fueron a la basura, el solo recordarlas le entraba cierto enojo, aquellas mujerzuelas creian que podian engañarle intentanto pedirles más dinero, joyas, ropas de marca entre otras cosas caras. Eran mas estupidas de lo que penso.

Era acaso mucho pedir encontrar la mujer perfecta, alguien con quien formar una hermosa y bella familia.

Guardo su celular despues de debatir con su subconsciente y ponerse a debatir sobre su futuro. Hacia varias horas desde que habia hablado con su amigo Chris, este lo invito para ver una cantante de opera excepcional junto con otro colega, segun el hombre regordete.

Se aflojo su corbata y camino hacia el ventanal de cristal, las luces de la ciudad hacian de ello una bella vista.

Quiza no sea mala idea el salir por un rato lejos de la ciudad. Tomo su celular y le marco a su amigo.

— Habla el apuesto Chris. ¿Con quién tengo el gusto?

— Deja tus babosadas gordo, sabes quien soy.

— Cuida tu tono de voz jovencito recuerda con quien estas hablando —dijo ofendido el hombre del otro lado del teléfono, Eddie rodo sus ojos divertido.

— Si si como sea te hablo para lo de tu invitación —Eddie miro su reloj de muñeca, la 2:25 de la madrugada.

— ¿Iras?

— Mi agenda esta disponible para ese dia...

— Excelente, paso por ti el Sabado a las... —pauso el hombre intentando ver a que hora seria la función.— 10 en punto. Ponte guapo.

— Que ya no lo era, asi nací —Gluskin carcajeo por su propio "chiste"

— Que gracioso Eddiesito, en fin te dejo para que descanses —Chris sonrio del otro lado.— supongo que aun sigues en tu oficina.

— Tuve mucho papeleo, ya sabes lo de  siempre.

— Descansa wey.

— Si tu igual.

La llamada finalizó, Eddie llamo a su chofer mientras tomaba su chaqueta un ultimo vistazo dio en aquella sala de lujo salio cerrando detras de si.