So beautiful.

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Ahí­ estaba él, sentado en aquel sofá café. Leyendo con admiración e interés aquél libro de gruesa pasta.

Dios. Estaba tan hermoso sentado de aquella manera; una pierna por encima de la otra, la mano apoyada despreocupadamente sobre su mejilla, espalda firmemente apoyada en el sofá, y la otra mano al aire sosteniendo el objeto de lectura.

Y ni hablar, por favor, de su aspecto. Aquellos rizos cafés un tanto alborotado, piel tan blanca que jurarí­a podrí­a tratarse de porcelana, extremidades alargadas angelicalmente, y unos ojos; joder, unos ojos tan verdes como el pasto recién mojado con lluvia.

Los cuales había podido admirar la única vez que él levanto su mirada haci­a mí­, pero eso me había bastado y hasta sobrado tiempo para lograr haberlo admirado.

Vestía unos pantalones tan pegados que me hací­a pensar como respiraba con ellos, un sweater blanco tejido, un gorrito tan adorable el cual estaba por caerse por la parte de atrás de su cabellera, y finalmente unas botas de cuero tan gastadas que... chico, por favor.

Todo él era tan hermoso a decir verdad.

La cosa es esta. He admirado a este chico como un completo psicópata por alrededor de... mucho tiempo en realidad.

Jamás he hablado con él.

Jamás me he acercado mucho a él.

Jamás me atrevería.

¿Pueden creer que sé inclusive su horario de ida y venida a ésta biblioteca? Lunes, Martes y Miércoles viene de 3:00 pm y se va hasta las 6:00 pm. Jueves y Viernes, viene a la misma hora, pero se va hasta las 9:00 pm. El Sábado únicamente viene de 2:00 pm hasta 3:00 pm. Y el Domingo; desgraciadamente no sé nada de él.

Asusta, lo sé.

La primera vez que le ví­.

Vaya que había quedado con una total verguenza cuando choqué con una pobre señora por no haber despegado mi vista de él. Y es que, jamás en mi vida había visto a un chico tan perfecto como lo es él, jamás.

Y aquí­ estoy, en el presente, observándolo como siempre lo hago, mientras finjo que leo... ¿qué diablos es? Oh, esta cosa llamada "Los hornos de Hitler". Jo, ni siquiera me había fijado que clase de libro habí­a agarrado.

Miro la hora en mi reloj y ¡mierda!, tengo que irme, Fizzy está por salir del colegio y debo recogerla yo. Pero que mierda, tiene 13, puede perfectamente tomar un autobús e irse a casa para dejar a su psicópata hermano continuar con su inspección diaria del misterioso chico ruloso. Pero mi madre me cortaría donde más nos duele a los hombres si permito que eso pase. Así­ que.

Me dirijo hacia la pequeña recepción, llevándome este libro de los tales hornos de Hitler, creo que es bueno, digo, mira que título.

Me atiende el chico de cabello negro y piel muy morena, una barba muy bien hecha, y pequeñas partes de lo que parecen tatuajes que sobresalen de su camisa que siempre me topo en recepción. Puedo leer en su gafete que cuelga de su cuello su nombre, "Zayn".

Quiero reí­rme de mi mismo en estos momentos por que este pobre chico me tiene que soportar todos los dias por solo venir a mirar como pendejo e irme sin ningún libro en mano. Pero hoy será su dí­a.

"Hey, quisiera llevarme este lib-"

"Su nombre es Harry."

"¿qu-"

"Harry Styles para ser exactos. Tiene 20 años y tiene un acento británico muy marcado. Le gustan los gatos, sólo espera a ver su funda del iphone. Tiene una hermana, ¿Greta? ¿Gissel? ¿Gemma?, sí­ eso, Gemma. Su favorito es "Los ojos de Margaret", se lo lleva cada 2 o tres semanas para releerlo. Y... oh, para tu suerte, gay."

One Shots/ Drabbles larry-lourry❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora