prólogo

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— lo firmaré, si quieren —respondió con una sonrisa nerviosa.

las chicas devolvieron el gesto de forma sarcástica, y sin decir una sola palabra se retiraron, dejando al chico de rulos con un amargo sabor de boca. tyler instintivamente frunció sus labios, y caminó hacia la chaqueta que oliver había dejado para él el día de su partida. leslie lo observó desde lejos e intentó acercarse, pero al parecer el chico tenía un poco de prisa.

el menor se colocó las oscuras gafas que yacían en uno de los bolsillos de la chaqueta, y sin decir nada a nadie, desapareció por la puerta del gimnasio de la preparatoria.

tyler nunca se había sentido tan solo en su vida. siempre se había creído independiente de las personas, y aunque amaba compartir momentos con sus amigos, a veces necesitaba descansar de ellos para reponer sus ideas.

los pasos largos de tyler hacían ritmo con los grandes charcos que se habían formado en el suelo debido a la lluvia. quería llegar a su casa, encerrarse en su habitación, empacar sus cosas, y salir en busca de oliver. y aunque de cierta forma no parecía tan mala idea, aún tenía algunos inconvenientes.

el chico no parecía ser muy inteligente, y si bien no lo era, oliver era el único que había logrado aceptarlo con sus imperfecciones; lo que lo llevaba a preguntarse, ¿qué hubiera sido de él si oliver se hubiese quedado en boring?. ¿ambos serían felices?, ¿lograrían sus sueños?. tyler no estaba seguro de cuales serian las respectivas respuestas de cada pregunta, lo único que tenía en claro era que con oliver, claramente él sería más feliz.

— oliver —susurró entre dientes, sintiendo como la fría brisa chocaba contra su rostro que, a pesar de su extremo enojo, se mantenía sereno.

las calles estaban vacías, y aunque hacía unos cuantos minutos había dejado de llover, la gente seguía refugiada en sus casas, como si la tormenta aún persistiera.

tyler echaba de menos a oliver, y aunque trataba odiarlo con todas sus fuerzas, simplemente era imposible. el mayor sabía como funcionaba su mente, y también como hacerlo feliz, algo que pocas personas sabían o entendían.

al llegar a su casa, tyler pasó de largo a su alcoholizada y desinteresada madre, y se encerró rápidamente en su habitación. él nunca había elegido vivir esa vida. todo apestaba.

inconscientemente, tyler se derrumbó en su cama y comenzó a llorar sin consuelo. en esos momentos se sentía roto, y su único pegamento se encontraba bastante lejos de él.

cuando el ambiente de nostalgia se mantuvo sereno, y las lágrimas de tyler se detuvieron, el rizado comenzó a reflexionar un poco, y rápidamente se levantó de su cama a rebuscar entre sus cajones la carta que oliver había escrito para él. no quería leerla, ya que aun no sabía leer del todo. lo único que quería apreciar de ese escrito, era la hermosa caligrafía del mayor, y su perfume impregnado en la hoja.

cuando logró encontrarla, la tomó entre sus manos, y con ternura la pegó a su pecho, abrazándola. después comenzó a olerla, como si lo que su nariz olfateaba fuese el aroma más maravilloso del universo.

acto seguido, y con suavidad, retiró la chaqueta de su cuerpo, y la abrazó fuertemente. las gafas que oscurecían su vista, simplemente seguían ahí, como si con ellas tyler pudiese apreciar la vida en la forma que oliver lo hacía.

— te encontraré, oliver —susurró decidido, mientras soltaba la chaqueta con delicadeza— mis amigos y yo, te encontraremos.

*sé que la carta la rompió lucke, pero en esta historia cambiaré algunas cosas.

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2018 ⏰

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dreams » tyliverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora