Sus ojos parpadearon. Una, dos e incluso tres veces. Las gotas de agua descendían sobre la musculatura de su espalda, hasta aposentarse en las nalgas desnudas. Un cuerpo largo, duro y varonil. Unos características físicas desconocidas para ella.
Ban se giró en cuanto percibió la presencia del hada a sus espaldas. Elaine se apresuró a esconder su rostro acalorado entre sus pequeñas manos. Demasiado tarde para ignorar el nacimiento del vello poco más abajo de su ombligo, aquélla selva plateada que anunciaba la localización de su sexo entre sus piernas.
—¡Elaine! Venga, báñate conmigo, el agua es refrescante —ella ya le había advertido la incomodidad que le suponía ver su cuerpo desnudo, aunque el bandido siguió insistiendo divertido—. Vamos, pequeña.
Agazapada como estaba, con la cabeza oculta entre sus brazos, sintió sus mejillas arder. Y no supo descifrar qué causa la acaloraba más: haber observado la anatomía desnuda del joven o que la tratara como la cría que no era. Casi que la cólera ganó por goleada.
—¡No soy una niña! —chilló ofuscada antes de marcharse.
Ban la contempló perplejo. Sin comprender el motivo de su enfado. Salió del agua, se vistió y partió a buscarla.
A decir verdad, Elaine también estaba desconcertada. Estaba furiosa por tratarla como una niña; que las hadas tuvieran un cuerpo pequeño no las convertía en infantes. Por lo que nadie tenía el derecho a tratarlas como tales. En sus setecientos años como guardiana muchos eran los humanos que accedían al bosque para beber la copa de la eterna juventud y todos la subestimaban por su aspecto inofensivo. Sin embargo, el hecho de que Ban mantuviera esa actitud le molestaba más. Por alguna razón le ofuscaba que el joven la viera como una niña.
Ella era una mujer.
Una que empezaba a descubrir los anhelos instintivos que muchas féminas experimentaban a lo largo de su vida.
Las mejillas le ardieron cuando la imagen de Ban con la piel al desnudo volvió a su memoria. «¿En qué piensas, Elaine?» se dijo a si misma. Más de siete siglos a su espalda y nunca antes un varón había despertado tales deseos en ella. Quizá, porque en todo aquel tiempo no se había cruzado con la persona que incitara a su cuerpo a pedir más. A dar el paso; convertirse definitivamente de niña a mujer.
Negó con la cabeza. Aunque su corazón palpitaba con fuerza y el ardor crecía no sólo en sus rosadas mejillas.
N/A:
Inspirado en el spin-off del manga Banlaine.
Gracias a quien lo lea. ¡Viva el Banlaine! He decidido que este conjunto de drabbles, viñetas y one shots tendrá un total de diez capítulos; después proseguiré con mi misión pero con un long fic AU donde, además, saldrán otros personajes de NNT.
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Fragmentos de ternura
FanficUn bandido sin nada que perder en el mundo y un hada que arrastra siglos de soledad en su espalda. Ambos no sólo tejerán una historia en común, sino que compartirán un nuevo sentimiento: el amor. Conjunto total de diez drabbles, one shot, y viñetas...