PARTE 9

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(NARRA ANA)
Me desperté con la boca seca y un dolor de cabeza horrible, ¡puta resaca! Quise moverme para levantarme pero noté que tenía un cuerpo sobre el mío. Cuando iba a despertar a Mimi, para que me dejase salir de su agarre y levantarme, me di cuenta de que no era ella la rubia que estaba entre mis brazos. Mierda, mierda, mierda…¿Ana qué has hecho? Con un poco de miedo levante las sábanas y respiré más aliviada que en toda mi vida cuando vi que las dos teníamos pijama puesto. Vale, por lo menos no nos habíamos acostado, pero ¿Por qué estábamos en la misma cama?¿Y Mimi y Mireya? ¿En qué momento de la noche nos subimos?¿Cómo puede quitarme la respiración hasta cuándo está dormida? ¿Cómo es posible que, después de todo este tiempo, el tener su cuerpo sobre el mío sea la mejor sensación del mundo para mí? ¿Cómo puedo recuperar a la persona que más he querido en toda mi vida y que ahora duerme plácidamente abrazada a mí? Vale Ana, para. Te estás empezando a hacer demasiadas preguntas y tu mente a estas horas y con la resaca que tienes todavía no funciona bien. Salí como pude del agarre de la gallega y me levanté, dejándole antes un beso en la cabeza. Cuando bajé a preparar el desayuno vi que ya estaban todos en la piscina, aprovechando el sol que había decidido salir por fin. Preparé un desayuno post-resaca para Miriam también. Cuando estaba terminando de ponerlo todo en una bandeja para subírselo, escuché que alguien estaba bajando por las escaleras y ese alguien tenía que ser ella porque el resto estaban todos fuera.

(NARRA MIRIAM)
Me desperté descolocada cuando sentí que alguien dejaba un beso en mi cabeza y tardé un minuto en recordar que Ana era la que había dormido conmigo. Sonreí como una idiota y me hice la dormida hasta que sentí que ya se había ido. A parte de la resaca, se apoderó de mí una felicidad incontrolable. Había pasado la noche con la persona que me había quitado el sueño más de una vez y de distintas formas y, aunque no había pasado nada, el solo hecho de saber que había vuelto a dormir entre sus brazos, me hizo sentir libre y protegida de nuevo. El beso que me había dado antes de salir de la habitación me había dejado claro que ella también estaba cómoda con lo que había pasado, así que me fui a prepararme rápido para bajar a desayunar con la canaria. Cuando bajé me la encontré en la cocina y pude ver que estaba preparando el desayuno para las dos, otra vez estaba sonriendo como una idiota. No sabía muy bien como actuar después de todo lo que había pasado ayer y de saber que había dormido toda la noche abrazada a ella.
-Buenos días- la canaria pegó un respingo- sé que mi cara de por las mañanas no es lo mejor del mundo, pero tanto como para asustarte así no creo que sea mujer- dije riéndome.
-Eres preciosa recién levantada-vale, eso no me lo esperaba- perdón, no quería incomodarte.
-No me incomodas Ana, todo lo contrario, así da gusto levantarse por las mañanas- le sonreí haciéndole saber que todo estaba bien, aun así se creo un silencio incómodo.-¿Desayuno post-resaca eh?- intenté cortar la tensión que se había creado.
-Sí, iba a subírtelo a la habitación, pero ya que estas aquí podemos desayunar juntas si quieres. El resto han desayunado ya todos y están en la piscina.
Empezamos a desayunar en silencio, pero pronto empezamos a hablar de las anécdotas de la fiesta anterior y caímos en una conversación fácil y fluida.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Tienes que dejar de pedirme permiso cada vez que quieras preguntarme algo, Ana- la canaria se rió.
-Lo tengo en cuenta para la próxima. ¿Por qué dormí ayer en tu cama? No me quejo eh, he dormido muy bien, de hecho hacía mucho que no dormía así de bien, pero ni siquiera recuerdo como llegue a la cama. No se si estaba tan borracha que tuviste que cuidar de mí, aunque no recuerdo encontrarme mal, pero si es así lo siento
-Ana para, estás entrando en bucle- reí un poco, porque conocía la costumbre que tenía la morena de divagar cuando se ponía nerviosa- no sé porque Mireya durmió con Mimi en vuestra habitación, cuando Cepeda fue a dejarte en tu cama se la encontró allí, así que vino y te dejó en mi habitación. No lo recuerdas porque caíste rendida al sueño cuando estábamos hablando en el salón y Luis te llevó en brazos para no despertarte y tranquila, probablemente eras la más sobria de todos los que quedábamos al final- le puse una mano en el hombro para tranquilizarle.
Me levanté para recoger el desayuno, era lo justo, ya que ella lo había preparado.
-¿Te apetece dar un paseo por el sendero que hay aquí al lado?- escuché la voz de Ana detrás de mí. Cerré los ojos y resoplé. Sabía lo que quería decirme, me estaba invitando a dar un paseo para hablar de todo lo que teníamos que hablar. Sabía que ese momento tenía que llegar, pero me da miedo, porque no se lo que va a salir de esa conversación y estoy tan bien con la canaria que no quiero que se estropee. Pero no podemos alargar más esta situación así que me giré y le dije a la canaria que me esperase a que me duchase y nos íbamos.

OT EL REENCUENTRO (WARIAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora