Ezequiel me observó un buen rato y después siguió acariciando a Sacha.
PorquetengoSIDAporquetengoSIDAporquetengoSIDA. La frase me retumbaba en la cabeza. PorquetengoSIDAporquetengoSIDAporqietengoSIDA. Yo tenía la boca abierta y una expresión de alelado total.
-¿Cómo te contagiaste?- pregunté en un hilo de voz.
Me miró fijo. Tenía un brillo en los ojos que yo conocía bien. En ese momento me di cuenta de cuánto se parecía a mi padre. Mucho más de lo que cualquiera de los dos fueran capaces de admitir.
-Bien, bien, bien. Por fin nos sinceramos. Acá tenemos a un futuro criador de perros. ¿Te mandó tu padre?- hizo silencio un momento, yo no me sentía capaz de balbucear nada.
-¿Acaso tiene importancia cómo me contagié?- continuó-.Digno representante familiar hacer una pregunta tan imbécil. ¿Qué estás esperando que te diga? ¿Qué soy homosexual?¿Drogadicto?¿Que me contagió el dentista?¿Eh?¿Vos creés que eso tiene alguna importancia? Lo único que realmente tiene importancia, es que me voy a morir, que no sé cuánto tiempo de vida tengo. Y que por más que viva eternamente nunca voy a poder tener una vida normal.
"Estás siendo injusto conmigo", pensé,"me escapé de casa para venir a verte, vos sabés muy bien qué me puede pasar si papá se entera de que estoy acá. Soy tu hermano, no tenés derecho a hablarme así. No te quería ofender, en serio, no sabía que hablar de esto te molestaba. Discúlpate. ¿Homosexual, drogadicto? ¿De qué estás hablando? No te quería molestar".
Pero dije:-Mejor me voy.
Y me fui.

ESTÁS LEYENDO
LOS OJOS DEL PERRO SIBERIANO
Teen FictionNos quedamos un rato en silencio, envueltos en el perfume de las hierbas. Hasta que le pregunté. -¿Por qué nunca hablamos de Ezequiel? Apoyó las cosas en el piso con mucha calma. Estiró su mano cómo si quisiera acariciarme. Me miró. Bajó la mano. L...