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Mike llegó a New York, quería darle una sorpresa a Alexis. Han pasado 5 meses desde la ultima vez que se vieron y Mike quería explicarle todo. Mike se había dado cuenta de quien era Leah, se creyó toda la historia de que iba a ser papá pero fue mentira. Leah no estaba embarazada, se dio cuenta cuando al pasar de los meses su barriga seguía igual de plana que siempre. Mike se llevó una gran decepción y decidió dejar todo aquello y venir a por Alexis.

Cuando llego a la puerta de su apartamento se puso muy nervioso. No sabía cómo iba a reaccionar y no quería otra decepción. Levantó la mano y tocó la puerta dos veces, la puerta se abrió dos minutos después con una Alexis envuelta en una toalla de baño. Tanto Alexis como Mike abrieron los ojos.

—¿Que haces aquí?—Le pregunto Alexis sorprendida. Pues no se esperaba tal sorpresa.

—Hola, yo estoy bien también, Gracias.—Respondió Mike sarcástico.

—Pasa.—Alexis abrió más la puerta para dejarle pasar y los dos se adentraron al salón.—¿Que haces aquí?

—Tengo que hablar contigo.—Dijo serio.—Pero primero ponte algo de ropa por favor.—Alexis se miro y se fue a su habitación a cambiarse, se puso una camiseta larga que le llegaba por los muslos y sus zapatillas de estar en casa.

—Ahora que quieres.—Alexis no cambiaba su cara seria. No sabía que hacía Mike en New York y mucho menos en su casa.

—He dejado a Leah.—Alexis iba a protestar pero Mike la interrumpió.—Todo fue una farsa, Leah no estaba embaraza. Me di cuenta cuando al cuarto mes su barriga no empezaba a hincharse y le dije que me contara toda la verdad. Siento mucho no habértelo contado antes, pero necesitaba un tiempo para pensar todo lo que me había pasado en ese tiempo y quería darte tiempo a ti.

—Joder Mike...yo...no sé qué decir.—Empezó hablar Alexis.—Todo me vino tan de repente, un día estábamos en tu cama y al día siguiente ibas a ser papá. Pero esta bien, al menos has venido hasta New York para decirme las cosas a la cara.

—Entonces...¿ahora que?—Preguntó Mike.

—Podemos seguir como antes, pero por favor no me ocultes más estas cosas.—Mike se acercó a Alexis que estaba mirando al suelo, con una mano le sujeto la barbilla para que lo mirase a él y acto seguido la besó.

Todo estaba bien entre ellos, ahora ninguno tenían secretos y todo estaba a la perfección.

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