14 de Febrero

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Disclaimer: MARVEL & Disney no son de mi pertenencia.

Notas de la autora: "frases en comillas" son llamadas telefónicas y letra cursiva (...) es flashback.



Steve Rogers se despertó como todos los días semi temprano, porque eran pasadas las siete y media de la mañana y eso para él era algo tarde. Se dirigió al ventanal para abrir las cortinas: Caía nieve.

A pesar de ser normal que cayera nieve en esta época del año, le encantaba ver este espectáculo de la naturaleza. No todos los días despiertas después de estar mas de setenta años congelado y puedes visualizar aquella vista, aunque le tenga recelo al hielo.

Se dirigió al baño para darse una pequeña ducha matutina. No iría a entrenar el día de hoy. Se quería dar un pequeño descanso. Después de todo, no siempre hay que pasársela entrenando. El día de hoy, Rogers quería pasar un día agradable solo o acompañado. Sam lo había invitado al cine. Años sin ver una buena película; aunque ahora todo era diferente: efectos especiales, CGI y cosas que el rubio no entendía muy bien.

Encendió la regadera y la dejó corriendo para que el agua empezara a salir caliente mientras se quitaba el pijama. Tenía un leve dolor muscular en los hombros. Quizás con una buena ducha haría que sus músculos se relajasen un poco, ya que hace un par de días había entrenado un poco más de lo habitual con Natasha.

Al pensar en aquel nombre, pasó a llevar el envase de shampoo al suelo maldiciendo ¿Cómo es que aquella pelirroja empezaba a formar parte de su vida si que él lo quisiera?

Hasta el día de hoy, a pesar que es una compañera muy cercana a él, la sentía lejana en ciertos aspectos, sobre todo acerca de su vida personal. Natasha es una mujer fuerte, capaz de hacer cualquier misión y sin chistar. Pero por dentro sabía que estaba destrozada.

Por alguna razón, tenía ciertos celos hacia Clint Barton y cuando lo pensaba, se sentía estúpido, porque con él se lleva de maravillas, es uno de sus fieles compañeros en el campo de batalla; pero cuando se trata de Natasha, él la conoce como un libro abierto y eso a Steve lo descolocaba de cierta manera.

Tal vez habían ciertos motivos por los cuales Natasha no contaba mucho de su vida personal. Y bueno, Steve no es de esas personas que se meten en la vida privada de alguien, al contrario; dejaba a Natasha ser como es y le gustaba que ella fuera sincera cuando les tocaba ir a alguna misión, eso se lo agradecía.

Terminó su ducha y salió del baño con una toalla alrededor de sus caderas dirigiéndose a la cocina, específicamente al refrigerador. Sacó una botella donde se servió un vaso de leche. Estaba helada y fresca, tal cual como le gustaba después del baño.

De pronto su semblante cambió. Se sintió triste. Todo ese ánimo que tenía por salir con su amigo se fue a la mierda sólo por estar pensando en Natasha y su vida personal, que la verdad, no había caso sacarle información a la rusa. Ella jamás lo hablaría con otra persona. Ya con que lo supiera Barton, era más que suficiente, pensaba él; era algo estratégico.

Suspiró y fue a su recámara para vestirse y pensar que hacer un día como hoy.



Sintió frío en sus pies. Abrió un ojo, dándose cuenta que había amanecido. Se incorporó lentamente, estirando su brazo para coger el celular y ver la hora: Las ocho un cuarto. Demasiado temprano para un día sábado.

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