Honmei Choco [CharaMen]

Honmei choco

El famoso día de San Valentín había dado inicio hace algunas horas antes, y justamente, hace esa cantidad de horas, fue que escuchó ruido afuera y a sus padres celebrandolo en la sala, ¿De qué forma? Ah, en esos momentos desearía ser sordo, pues no eran solo palabras cariñosas. No, era mucho más.

Menma se puso sus audífonos y puso una lista de reproducción con su música favorita. Quería distraerse del ruido exterior. Iba a ser una larga noche.

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A la mañana siguiente, Charasuke se había levantado temprano y había comenzado a repartir chocolates animadamente. Le dio uno a Ino, Shikamaru, Kiba, Temari, Sakura, etc. Los chocolates venían en diferentes bolsas, las cuales eran de color púrpura.

— ¡Sasuke! — escuchó un grito a sus espaldas.

Charasuke volteó y sonrió, viendo a varias de sus admiradoras ir hacia él.

— Hola, gatitas. — saludó, con una rosa en su mano derecha.

— ¡Kyaaa! Sasuke-kun.

Una chica se acercó a él y le ofreció un chocolate. Charasuke lo observó, pero sonrió y negó con la cabeza, no podía aceptar un Honmei choco de parte de ella, pero tampoco podía ser tan cruel al rechazarla, por lo que acarició su mejilla.

— Será a la próxima, gatita.

Dijo mirando, ahora, a sus "gatitas". Luego, comenzó a caminar en dirección a su casa, mientras le ofrecía una rosa a la chica que le ofreció el chocolate. La chica aceptaba gustosa, aunque algo decepcionada.

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Menma se había levantado algo tarde, no quería estar soportando el olor al chocolate y ver a las parejas amorosas, o chicas confesando su amor a Charasuke... Más bien, esto último era lo que más le molestaba. Le hacía hervir la sangre el solo imaginar aquella escena. No era que le molestaba que las chicas prefirieran a Charasuke, es más, también tenía unas cuantas chicas tras él. Lo que le molestaba, era que sabía que era por Charasuke. Aunque odiara admitirlo, aunque no quisiera aceptarlo, sabía que ese sentimiento confuso, los acelerados latidos de su corazón cuando estaba con él, el rubor que aparecía en sus mejillas, ese pequeño mareo, todo era provocado por los sentimientos que tenía hacia él.

Con pesadez, se levantó. Notó que ya era demasiado tarde, y que debía esperar hasta la noche para ir a entrenar con tranquilidad, ya que perdió su oportunidad en la mañana.

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Charasuke se encontraba en la cocina, estaba todo sucio, pero feliz, pues había hecho lo que deseaba, ahora comenzaba la parte más difícil de aquel día.

Ríe para si mismo, sería algo difícil, pero a la vez fácil para él, pues, su personalidad extrovertida le permitía hacer lo que tenía preparado. Si que sería difícil no tener personalidad, especialmente orgullo.

Se quitó aquel mandil azul con toques morados, que tenía puesto.

Estaba emocionado, nervioso, pero por sobretodo, tenía miedo, hacer aquello requería tener mucho valor.

Quizás le daba demasiada importancia a aquello, pues era algo simple, muy simple, pero el resultado era el que realmente importaba.

Ahora solo debía cambiarse.

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Menma había salido de su casa, debía hacer unas compras que le había ordenado su madre que hiciera, y como siempre, no podía negarse a las órdenes de su madre, realmente daba miedo cuando se enojaba. Temía por su vida.