Remus vaciló por un momento afuera de la puerta de la ubicación actual de la sede de la Orden. Estaba agotado. Había pasado las últimas tres semanas buscando al Mortífago que había eludido la captura del Ministerio. Era un trabajo generalmente reservado para los Aurores, no para un hombre lobo sin un centavo, pero en la gran escala de cosas, este Mortífago en particular era un pez pequeño y, por lo tanto, no se le dio una alta prioridad para la captura. Sin embargo, Dumbledore tenía el presentimiento de que el hombre poseía información útil, por lo que se le había encomendado a Remus que lo siguiera.
El hombre debe haber sabido algo bueno porque el rastro se enfrió repentinamente cuando Remus lo encontró muerto, su cuerpo estaba tirado en un callejón detrás del boticario en un pequeño pueblo. Remus especuló que el Mortífago ahora muerto sabía algo valioso y que, o era demasiado estúpido o no lo suficientemente importante como para confiarle información. ¿Por qué otro motivo habría sido asesinado en un momento tan inoportuno? Justamente cuando Remus había estado tan cerca.
Por otra parte, por lo que Remus sabía, aquel hombre simplemente podría haber elegido ese momento para caer muerto con el único propósito de joderlo, uno nunca podría saberlo. Su estómago se retorció incómodo cuando recordó haberle explicado todo esto a Dumbledore a la mañana siguiente. De alguna manera, la tranquila aceptación de Dumbledore era peor que si le hubiera gritado a Remus por ser un idiota incompetente. A Remus no le gustaba decepcionar a su mentor.
Movió los pies y se pasó los dedos por el pelo distraídamente, sin dejar de pensar en la puerta que tenía delante. A pesar de su cansancio, el hombre lobo estaba inquietando a Remus. Era una combinación horrible: estar tan cansado y tan incapaz de sucumbir a ese agotamiento. Estaba acostumbrado al insomnio en las noches previas a la luna llena; estaba acostumbrado a la irritante sensación de picazón en su piel que parecía como si ya no le quedara bien, como una camisa muy pequeña. Como si perteneciera a otra persona. En cierto modo, supuso que sí. Al menos la luna llena sería la noche siguiente y finalmente podría dormir. Se atrevió a esperar que lo que sea que Dumbledore tenía reservado para él, después implicara un examen exhaustivo sobre su colchón en su pequeño apartamento de una habitación.
Remus sacó su reloj del bolsillo delantero de su túnica. Había llegado tres minutos antes, pero no sería conveniente quedarse fuera por más tiempo. Dio un suspiro y golpeó su varita con el pequeño plato dorado en la puerta. Hubo un clic metálico y la puerta se abrió para recibirlo. Algunos miembros de la Orden gritaron cordiales saludos al pasar de la entrada a la zona principal de la congregación. Remus sonrió cortésmente y se dirigió hacia la sala de reuniones donde sabía que Dumbledore estaba esperándolo. Remus llamó y esperó.
"Ah, bien, Remus, estás aquí", dijo Dumbledore levantando la mirada de su asiento cuando Ojoloco Moody lo hizo pasar. Remus esperó a que Dumbledore recogiera varios pergaminos y se los entregara a Ojoloco murmurando en voz baja, "gracias, Alastor, eso es todo." Moody asintió con la cabeza al despedirse y, colocó los rollos en una cartera, antes de salir de la habitación.
"Por favor, siéntate", dijo Dumbledore haciendo un gesto hacia la silla frente a él mientras preparaba el té para los dos. Remus aceptó la taza con gratitud, y bebieron su té en silencio por unos momentos. "Te ves bastante arruinado, Remus, ¿te sientes bien?" Preguntó el viejo mago después de un rato, pareciendo sinceramente preocupado.
"Nada peor que de lo usual, señor", respondió, haciendo su mejor intento con una sonrisa valiente.
"Muy bien", asintió Dumbledore. "Vamos a los negocios, entonces, estás, estoy seguro, curioso de lo que implica tu próxima tarea. Ten la seguridad, Remus, no lo encontrarás tan difícil como la última." La relevación debe haber aparecido en su rostro porque Dumbledore soltó una suave risa.
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Las líneas que cruzamos [wolfstar]
FanfictionSabía que lo que estaban haciendo estaba mal, pero descubrió que, con cada beso, le importaba cada vez menos. Las relaciones entre estudiante y docente de este AU se sitúan en el séptimo año de Sirius. |Los personajes de la historia no son míos, per...