Drowning into the lust of your body.

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Sus ojos se encontraron cuando Doyoung realizaba una vuelta a su doncella, justo a mitad de la sala de baile. Fue como si todos se hubieran hecho a un lado para dejarlo pasar; caminaba majestuosamente hacia él.

Dejó ir la mano de la dama para tomar la suya, notoriamente más grande y varonil. Sus ojos lo hipnotizaron inmediatamente una vez lo tuvo en frente, lijeramente más abajo.

No podía ver por completo su cara, su máscara azul le negaba el permiso de contemplar su rostro. El suyo también iba cubierto por una, una roja.

Sus pies comenzaron a moverse al ritmo del oscuro vals. 1-2-3, 1-2-3, tarareaba en su cabeza, totalmente absorto del mundo ajeno.

La mano de aquel hombre tocaba descaradamente su hombro izquierdo; él se permitió acariciar juguetonamente su cintura. Su piel ardía con cada toque, su corazón acelerado se mezclaba con la melodía. Lo atrajo un poco más cerca suyo, sintiendo el calor de su cuerpo.

Podía ver el reflejo de su máscara en sus ojos, parecía como un fuego ardiente encendido en ellos.




















Jungwoo se aferraba fuertemente al hombro del esbelto hombre con quien se encontraba danzando. Desde que lo vió, supo que quería compartir una melodía con él. Sus cuerpos dejándose llevar por el vals le subían la temperatura. Se encontraba fascinado.

1-2-3, 1-2-3, repetía en su cabeza, endureciendo el agarre, deslizando sus dedos en un vaivén por su espalda.

Los dedos ajenos se adueñaron de su cintura, viajando sin vacilación de arriba hacia abajo. Aquel hombre lo estaba haciendo suyo, adueñandose de su cuerpo ahí mismo en el gran salón, enfrente de miles de máscaras de personas desconocidas. El hecho de que nadie supiera de quienes ellos se trataban, lo excitaba aún más.

Una pierna de su compañero de baile rosó su entrepierna. Soltó un suspiró y apretó el agarre en su hombro y en su gran mano. Su rostro lo sintió caliente. Sus ojos vieron un brillo travieso en los ajenos.

Su máscara azúl brillante se veía reflejada en los ojos del gran hombre, parecían como un fuerte fuego fatuo ardiendo dentro de ellos.















Los corazones de ambos corrían a la par, sus ojos nublados de lujuria y pasión. Dos desconocidos se reclamaban el uno al otro con cada paso que sus pies daban, recorriendo el gran salón, mezclándose entre medio de cientos de cuerpos danzantes.

La noche va llegando a su punto final. La luna llena brilla en el exterior con fuerza. La marea, justo enfrente de la gran mansión, golpea con fuerza. El vals va llegando a su punto culmine. Gotas de sudor de deslizan por sus sienes, sus estómagos retorciendose de placer.

Jungwoo se apega más al cuerpo de Doyoung, sintiendo la fricción de sus cuerpos en forma de grandes corrientes eléctricas que viajan por todo su cuerpo. Cierra sus ojos. Doyoung hace lo mismo, rompiendo por primera vez el contacto visual. No les importa chocar con otras parejas, les importa sentirse el uno al otro.

Sus suspiros se mezclan, Jungwoo deja escapar de su boca un sonido exquisito a los oídos de Doyoung.

Los dos extraños se están deseando.

El gran sonido del enorme reloj de la sala anuncia la media noche. Jungwoo no quiere, pero se aleja de su hombre reticentemente. Tiene que irse, tiene que abandonar el lugar. Lo guía sigilosamente por los oscuros pasillos de la mansión, deteniendose en un abandonado balcón con vista al mar. La luna los recibe como confidente.

Su cuerpo arde en adrenalina y observa los intrigados ojos ajenos. La dulce melodía suena aún en sus oídos, espléndida y misteriosa. Se deshace de la máscara, revelando su rostro. Doyoung hace lo mismo.

Sus ojos siguen pareciendo fuego para cada uno, sus corazones siguen latiendo cual maratón se tratase y sus cuerpos siguen pidiendose el uno al otro a gritos.

No se dicen nada, sus labios les sabe a gloria en la boca ajena y sus manos recorren sus cuerpos como si se conocieran desde hace años.

Sus bocas se separan y Jungwoo deja a Doyoung solo en aquel balcón. El oleaje se escucha fuerte en sus oídos, su cuerpo llorando la presencia de su hombre.

Nunca se conocieron, nunca supieron sus nombres, y tal vez nunca lo harían, pero Doyoung lo había reclamado como suyo y él también se había entregado por completo esa noche.

La luna brilla fuerte en sus ojos, su cuerpo lo sorprende al sentir una profunda paz, una calma que no había experimentado nunca. Se dirigió de vuelta al salón, sin ganas de más baile, pensando en la pequeña inquietud que sentía su corazón, recordando esos profundos ojos que sentía conocidos, recordando cómo sus manos habían recorrido el cuerpo de aquel hombre como si lo conociese, como si lo hubiera recorrido miles de veces anteriormente.




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Estaba en youtube cuando de pronto me encontré con esta obra de arte. Me gustó tanto que me inspiró a escribir algo, lo hice de Doyoung×Jungwoo porque últimamente me gustan mucho.

Al escuchar esto, me imaginé un baile en una época antigua, un baile de disfraces lleno de vampiros. Jungwoo supongo que sería uno(? no espefiqué, pero al parecer tiene una historia en el pasado con Doyoung, pero ninguno de los dos se recuerda.

Me sentí sucia al escribir e imaginar este baile, no sé por qué, ah.

Espero les haya gustado, yo me divertí haciendo esto a pesar de lo cortito que es.^^~

Vals de media noche |Dowoo| Doyoung/JungwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora