¿Están listos? !Aquí van!, una avalancha de Piedras.

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Guillermo Velkan.

Luego de la extraña mañana con el jefe de la editorial, aunque mis sentimientos se alocaron y mis pensamientos volaron, mantuve mi compostura hasta el final, no era un niño de 15 años enamorado de su novio virtual, debía superar ese amor y olvidar de una vez por todas, cualquier rastro de sentimiento, mientras caminaba por las hermosas y coloniales calles de París, pensando en un montón de cosas por hacer, me quede quieto al encontrarme con el nombre de un restaurante donde antes Stan había prometido traer, otra vez miles de recuerdos vinieron a mi...

Al paso de muchas imágenes, mensajes, mi mente se detuvo en el libro en mi mano, había estado cargando aquella copia del libro nunca visto por muchas personas, "Amor Digital", ¿Cuántas relaciones a distancias habían logrado cumplir sus metas? – Ninguna de seguro – susurré molesto mientras de nuevo me quede viendo el cartel de entrada, entre el poco dinero que tenia y las ganas de hacerlo simplemente me dejaba inquieto, tan infantil como solo yo podía ser lo.

—¡QUE MAS DA! – mencioné para subir las escaleras del lugar, mi mirada se perdió en tantas decoraciones a tonos oscuros con detalles morados y rojos, un ambiente muy acogedor, me senté distraído ajeno a la situación del lugar: Se habitúa a ir solo en parejas.

Finalmente el mesero llego con una gran sonrisa, debía admitir que era un chico muy atractivo, mas aun ese acento estilo colombiano o tal vez ¿venezolano?, que simplemente atrae, aquel me pregunto por mi pareja, en ese momentos mis ojos se abrieron y mis labios formaron la mueca de un gran "ahhh", mi mirada recorrió detalladamente todo el lugar, parejas, enamorados, amor y amor, simplemente — ¡Qué vergüenza! – susurré para ver apenado a el chico, su mirada serena y esa suave sonrisa, solo me calmaron "Entiendo, esta noche yo seré tu compañía aunque trabaje, así que deberás compensarme", desvié la mirada algo apenado por ese gesto tan lindo.

— Gracias, lo haré – susurré mientras tomaba del café de cortesía que daba el lugar mientras pensaba en que pedir, tarde un rato en los que supe que se llamaba Daniel, tenía 24 años, era estudiante aun y venia de Venezuela por una vida mejor, cosa que me agrado, el mundo conocía un poco de eso, aunque no era de ver noticias sabia del problema.

Termine por pedir un Batido de moras y algo de "Pollo tipo canasta", consistía en trozos de pollo empanizados acompañados de una salsa de vegetales, papas fritas y ensalada cesar, aproveche de mirar por la ventana ya estaba oscuro, saque mi teléfono para activar el Wifi del lugar, así poder recibir mensajes, Los primeros fueron de: Papa.

Termine por pedir un Batido de moras y algo de "Pollo tipo canasta", consistía en trozos de pollo empanizados acompañados de una salsa de vegetales, papas fritas y ensalada cesar, aproveche de mirar por la ventana ya estaba oscuro, saque mi teléfo...

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Un suspiro salió de mis labios, pero fue momentáneo Daniel pasaba comentaba algo y me hacia reír, solo hasta que una masculina voz se hizo notar, la figura de Stan fue de nuevo la que ocasiono ese cosquilleo en mi pecho, no eran mariposas en el estomago, eran pirañas en el pecho intentando ahogarme y así no descubrir la verdad.

— Claro es mejor en compañía – susurré un poco nervioso, mientras mi comida era traída por Daniel, el cual cambio su mirada, ¿acaso tenia molestia de Stan?, en ese momento reaccione, aquel estaba coqueteando conmigo ¡por dios en que me he metido!, unas fuertes indirectas eran dichos por ambos, pero se callaron al notar mi severa mirada, quería paz al comer.

"cuenta me más de ti Guillermo" - esa propuesta me sorprendió, empecé a probar la comida degustando su gran sabor.

— Haber, Nací en Italia, pero nos mudamos a tener 5 a Australia por un trabajo de mi padre, viví allí hasta que termine la preparatoria, luego estuve en Alemania donde me gradué de arquitecto, ahora aquí – en cierto modo, no quería hablar tanto ¡Joder ni respeto por dejarlo comer a uno tienen!, me quedaba callado ante sus miradas y las de Daniel, realmente el ambiente se había tornado muy pesado, como si colocaran una bolsa de arena en tu cabeza.

Finalmente me perdí en mis pensamientos mientras comía, nunca me había puesto a pensar que fuera pasado si nunca fuera terminado con Stan, oh bueno, si lo había pensado, pero no se imaginaba siendo un total escritor, ¿Mi destino era la arquitectura tal y como impuso mi padre?.

"Guillermo ¿conocías este lugar? – esa pregunta me hizo aterrizar, mi mirada se quedo fija en los hermosos ojos de Stan, uno podía perderse con facilidad en ese verde oscuro misterioso, iguales a los de... — OH NO – Intente levantarme, pero algo en mi lo impidió, ¿Quiero enfrentarlo?, suspire al notar que no había escuchado mi comentario, ¡Si es el no puedo enfrentarlo aquí!.

— Bueno, antes alguien me prometió traerme un día aquí, pero seguro encontró alguien mejor a quien traer – mi comentario fue hiriente, como mi mirada fría, notaba la mirada de desencanto del mayor, era el, definitivamente era el Stan que odio pero al mismo tiempo amo.

No hubo más comentarios por parte de ninguno, terminamos de comer pagando la cuenta, acepte el hecho de que Stan me quería acompañar a casa, no conocía casi, así que a pesar de no gustarme la idea, lo necesitaba.

"Vamos te acompaño" – escuche mientras bajaba las escaleras, una gran ráfaga de viento frío me heló los brazos, dude un poco el tener que caminar, pero no había de otra, antes de decir algo mas algo tibio me cubrió la espalda, una chaqueta de cuero negra, grande, mucho grande que mi talla, me cubrió de la espalda "Guillermo, acabo de salir, te acompaño, veo que tienes frío", dijo Daniel con esa sonrisa que se borro ante el choque de miradas con Stan, eran como dos perros peleando por un hueso, solo que se limitaban a estar callados frente a mí.

— Bueno, me estoy quedando en .. – calle al escuchar mi teléfono, aun tenía algo de señal, Mientras veía el nombre, leía el mensaje, mi mente se vació, mi padre lo había hecho de nuevo, pensaba destruir mi vida otra vez, mi expresión fue tan pálida y de sorpresa que los otros dos me preguntaban cosas, pero mi mente no me dejaba descifrar sus palabras, simplemente caía en un Shock total.

 – calle al escuchar mi teléfono, aun tenía algo de señal, Mientras veía el nombre, leía el mensaje, mi mente se vació, mi padre lo había hecho de nuevo, pensaba destruir mi vida otra vez, mi expresión fue tan pálida y de sorpresa que los otros do...

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Eso no era todo, intentando sacarme de mi "Trance", Stan me tomo de la barbilla y me beso, una canción recorrió mi mente a lo que una lágrima bajo por mi mejilla, en el peor momento aun podía decir que lo amaba, mi cuerpo acepto su beso sin importa el alrededor y todo lo que estaba pasando.

[La canción del vídeo]

Seguro como en una de las tantas películas que vi se encuentra una frase que seguro va con este momento de mi vida:

"Abrochen los cinturones. Esta noche va a haber turbulencia".

Eva al desnudo (1950)

Imagen: Laura Cruggens

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Imagen: Laura Cruggens.

Amor Digital  [Gay Love].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora