Descontrolado Amor ||Chanbaek||

2

12 años después

Baekhyun comenzaba a preocuparse un últimamente, era muy común ver al joven Park con diferentes chicas desde que hace un par de años, pero cada vez le causaba más molestia. ¿Se debía a que debían llegar juntos y él siempre se tenía que quedar a esperarlo hasta que Chanyeol se despegará de la chica semanal? ¿Por qué veía cómo esa chica podía tomarle de la mano? ¿Ver como se sonrojaba cada vez que Yeol besaba su cuello?, era preocupante en definitiva, y mucho más por que Luhan le interpretó sus sentimientos y le dijo que muy posiblemente eran celos.

''Estoy a un 98% seguro que lo son, y tranquilo no te preocupes que mantendré tu secreto, no tengo esa mentalidad cerrada'' le dijo su amigo con un guiño para después salir corriendo detrás de su otro amigo Sehun.

Después de ése momento se quedó pensando unos minutos ¿Eso era posible? Él era un hombre ¿Cómo podría gustarle otro hombre? Claro que quería a su señor, pero no estaba seguro de si era ése tipo de manera. Para él, Park sólo debía ser su señor, el cual debía cuidar, atender, porque gracias a él, tenía una casa, aunque ha de admitir que en verdad le molestaba un poco el hecho de que el señor intentará aprovechar los momentos en que estaba sola su casa para faltar al respeto a su hogar al llevar a una chica, por eso, últimamente Chanyeol estaba muy molesto con Baekhyun. El alto a pesar de sus últimas y frecuentes peleas fue a ver al joven de color azabache.

-Me iré. Mañana.

-¿Dónde irás? -intentó no mostrar una actitud de tristeza.-

-Inglaterra, mis padres quieren que aprenda el inglés de la mejor manera, además de realizar mis estudios en las mejores escuelas, lo necesito para poder manejar la compañía.

-Mucha suerte, señor Park.

-¿No me extrañaras?

Baekhyun se limitó a asentir. Viendo cómo se formó una pequeña sonrisa en el rostro del más alto, casi imperceptible, para posteriormente sentir como le alborotaba el cabello.

-Yo también extrañaré a mi Byunnie, ahora debes ayudarme con mi maleta. -Sonrió aún más, pasando su brazo por el hombro del más bajito y llevarlo hacía las escaleras.

-E-esta bien, Señor Park.- Byun tuvo que mirar a los escalones mientras subian pues el sentir tan cerca a su señor le hacía sentir algo muy complicado de explicar pero bastaba mirarlo unos segundos para poder ver un poco de rubor en sus mejillas, además de parecer un cachorrito por sus facciones tan tiernas y su estatura más baja que la de Chanyeol.

~'''''~''''~''''~

Tanto como el señor y la señora Park junto con Baekhyun fueron a despedir al joven de la familia, Baekhyun sólo era un sirviente pues ése fue realmente la razón de su adopción, el joven Park necesitaba alguien con quién jugar y mantener una relación humana, todo esto para beneficio del menor, por que aunque muchos creían lo contrario, Baekhyun era dos años mayor, pero eso le ponía más peso en su espalda puesto que tenía que guiar a Chanyeol aún si él tampoco estaba seguro de sus acciones, si salían mal, claro que el principal culpable sería ello. No era un objeto para ellos pero tampoco era un miembro de su familia tan destaca e importante. Sólo era un medio por el cual su hijo se ayudaría a convivir.

Jamás se les pasó por la mente que ellos terminarían en una situación como esa, donde ambos se querían más allá de amigo de infancia, por que si, Chanyeol podía ser tan cambiante pero le mencionó a Baekhyun que sería su amigo de infancia y de siempre a pesar de que sus papás dijeran lo contrario, lo malo es que Chanyeol lo llegaba a olvidar y lo trataba duramente, y cuando no quería que se entrometiera le decía que era un simples sirviente el cual debía obeder a lo que él dijera. ¿Esa era la vida que merecía? No, podría tener una mejor, pero esa es la que tiene y es mejor a lo que esperaba.

Es incluso, lo que él llegó a querer, ser útil y necesario.

Fue el último pensamiento de Byun, al dar la vuelta después de ver el avión de su amo despegar, no lo vería en años, le asustó pensar que en solo unos minutos comenzó a extrañarlo, así su pensamiento fue hacía el mientra yacía recostado, pensaba en lo acostumbrado que estaba a que su amo lo abrazara, y no había calidez esa noche, ni ninguna otra...

Hasta que él tenía treinta y dos años, hasta ése entonces, por fin, su amo volvió y volvió a sentir esa calidez que necesitaba.

.
.
.

Continuará.