Capítulo 2

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Día jueves, un fastidio inolvidable. No podía esperar para que sea fin de semana y estar todo el día en casa sin hacer absolutamente nada, mirando película de apocalipsis zombies y comedia con referencias sexuales.

Aplasto el vasito descartable en mi mano y lo tiró al tacho de basura que esta a tres metros de distancia. Mis compañeros se quedan mirándome con la boca abierta, les doy una sonrisa arrogante y sigo con mi trabajo. Muerdo la lapicera, pensativa.

Desde nuestro encuentro _el cual ha sido hace como dos semanas, si no mal recuerdo_ Jeon no ha dejado de tirarme indirectas sobre volver a tener algo conmigo. Incontables cantidades de veces ha dejado flores al lado de mi escritorio con cartas súper románticas y vomitivas. Cosa que en vez de atraerme me espanta, ni hablar de los rumores que se han hecho.

Recuerdo haber escuchado a dos mujeres hablando en la sala de fotocopias (¿cuando no?) chusmerios de todo el mundo, pero casi me tropiezo al escuchar lo que dijo una de ellas.

"Pobre señor Jeon, debe estar muy triste. No puedo creer que encima que se fija nada más en ella Lenna lo rechace y traté tan mal, le declara su amor todo el tiempo pero ella ni siquiera mira en su dirección. Ella es realmente perversa"

Querida, yo no me tropiezo dos veces con la misma piedra. O bueno, estoy haciendo un intento porque no suceda de nuevo, después de todo, algo tuve que aprender después de todo el show de telenovela dramática que se montó mi ex jefa cuando mi relación con Jimin salió a la luz. Cosa entendible supongo.

Terminé de acomodar las cosas en mi escritorio para que todo quede limpio y ordenado. Dejé las cajas con archivos en la oficina de mi jefe para que los revise mañana -el cual no es Jeon, que es el dueño de este impererio, porque Jeon es el jefe, del jefe, de mi jefe, no se si se entiende-.

Extrañamente hoy la mayoría se había retirado antes de horario de salida, y yo como una idiota, por culpa de Donald, mi jefe querido, tuve que quedarme a terminar más trabajo, el cual me dejó en el escritorio antes de retirarse.

Y yo fui la única que quedó en el piso, o al parecer en todo el edificio, ni siquiera el portero aparecía por aquí. Me parecía sospechoso y de mal gusto, igual, tampoco tenía muchas ganas de salir corriendo, normalmente el horario de salida me pone feliz, pero hoy no.

De todos modos me parece injusto que la mayoría se pueda retirar y yo tenga que ser la única que se quede a terminar de trabajar por un sueldo común y corriente.

Toque el botón para llamar al elevador, pero claro, hoy todo me sale maravilloso, no venía. Me quedé como unos quince minutos esperando, pero nada.

Se supone que ahora mismo debería estar en mi fiesta de cumpleaños, si así se le podría llamar, gran día el mio. Uno realmente especial.

Intenté otras veces más sin resultado. Ya comenzaba a desesperarme y para empeorarlo me moría de hambre, ciertamente eso me pone de mal humor.

__Me resulta bastante tierno tu intento de ignorarme__ escuché su voz ronca detrás mío, muy cerca. Lo suficiente como para que el aliento caliente despertara una sensación electrificante en mi piel.

Sentí su sonrisa en mi nuca. Y me pregunté ¿por qué mi corazón estaba latiendo así?. No estaba asustada, sentía adrenalina.

Me tomó de la cintura con manos firmes. Intenté soltarme agarrando sus muñecas pero me resultó imposible, en cambio me volteó y me apoyó en la pared, acorralandome nuevamente. Expectante me quedé quieta, también buscando alguna oportunidad para escampar y lograr escapar.

Acerco su rostro a mi cuello y lo olió, luego soltó un suspiro con aire de éxtasis, como si mi fragancia le causara un gran placer.

__No Jeon__ anticipé.

Mi Jefe J.K | Corrigiendo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora