Parte III

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Decidí que lo mejor que podía hacer era salir de aquel lugar lo más pronto posible, así que comencé a moverme, pero al dar unos pocos pasos, sonó una alarma. Se encendieron unas luces rojas que dieron a los pasillos unos tonos muy tétricos, y empecé a escuchar a gente correr. Así que, pensando que vendrían a por mi, empecé a correr igual. El hombre gordo el cual estaba con el teléfono salió de la habitación y empezó a dispararme, con la suerte de que el único daño que sufrí fue el de mi misma chocándose con la pared para pasar al siguiente pasillo. Corrí, y corrí, y corrí, hasta que llegue a lo que parecía ser la salida de aquel lugar. Las lejanas voces de los hombres del recinto gritando me ponían la piel de gallina, así que sin pensarlo dos veces, abrí la puerta y salí del lugar. Estaba en una especie de puerto abandonado, era de noche y no habían luces de ningún tipo, así que empecé a correr a oscuras por los viejos caminos del puerto. Tras estar demasiado agotada para seguir corriendo, tuve que parar a recobrar el aliento. Pero, en ese momento de tranquilidad, vi a dos de los hombres que me seguían mirarme, darse la vuelta e irse. Simplemente. No entendía nada. Tanto rato persiguiéndome... ¿Para nada? No podía ser. Fuera lo que fuera, no volví a tener un incidente como aquel. Hasta hace poco

Grupo:
Marta Simò Llobell
Adrián Gioffré
Sandra Ruano Gómez

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⏰ Última actualización: Mar 01, 2018 ⏰

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