Será la boca de la flor del fuego, la que nunca te deja, la que nunca se aleja.
La que sabe la razón de su desaparición.
Y ante tan magnífica visión no la veréis en el festín riente.
Qué el oído percibe frases de desaliento y dolor y parece escuchar el ritmo del más pausado corazón.
Más sin ningún temor a la poca razón que siempre me careció, quiero decirte ahora; que estoy en ti, que estás en mi..
Tiñendo mi alma de un rojo carmesí..
Resurgiendo en el paisaje que reflejó mi mente como refleja en el fondo límpida corriente el gris del turbio anochecer.
Miles de cortes aparentemente en vano por las páginas de los libros en los que me he querido esconder.
Y mientras siento una paz que me inunda digo a voz despellejada ¡Venid silenciosas horas de mágico recuerdo, venid y parad este ayer naufragante, estás hojas que ocultan su inusual misterio de amor.Y en cada huella que mi pie deja queda marcada bajo ella la tenue canción en la cual vibra tu nombre.
En cada estrella melancólica veo reflejada la guardia en la que he estado noche a noche esperando abrir las alas para ir a contemplarte.
Con una profunda pesadumbre corro al abismo de tus sentimientos queriendo perderme en ellos.
Y no seguir viendo como el solo se continúa extinguiendo..
Y de pronto solo se que he estado arriba cuando voy callendo.
Pero en un presente más cercano, menos muertos más pagano.
Te amo aún entre las nubes negras de un lánguido celaje.
Te extraño y hasta el Olimpo de la antigua Grecia tiene conciencia de la falta qué talla tu corazón de poeta.
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Sinfonía poetica de un alma en pena.
PoesíaUn poco de poesía momentánea para quien quiera meterse un par de líneas