No... aquello... aquello no podía ser.
—¡N-no sois humanas! — exclamé entonces con los ojos muy abiertos, saltando a la respuesta más evidente.— ¿Entonces qué sois...?
La presidenta chasqueó la lengua y apartó el rostro. La otra joven se llevó un mechón de cabello negro tras la oreja. Aunque estaba demasiado asombrado para tenerlo en cuenta no pude evitar ver las diferencias tan notables que existían entre ambas. Una era una tsundere gruñona y la otra era una... ehm... ¿dandere? Quizás era demasiado pronto para saltar a conclusiones precipitadas.
Pero el hecho de que no fueran humanas.... que un chaval como yo, otaku, amante de la ciencia ficción y la fantasía épica acabase en una academia de seres paranormales debía ser lo que ellos llaman un encuentro predestinado. Esto estaba destinado a ocurrir. ¡Esto era el destino! Mi corazón se aceleró. Ya no por miedo o desconcierto. Una suerte de emoción primaria se apoderó de mí y me incorporé del suelo con una expresión radicalmente más animada.
—¡Increíble! —exclamé entonces—. ¡Esto es increíble! ¡Mola muchísimo! ¡Es como mi propio seinen!
La presidenta arrugó el gesto. Su expresión se tornó una mezcla de asco y desprecio y retrocedió un paso prudencial.
—¿Q-qué dices friki?—preguntó contrariada— ¡Por el amor de Drácula, me das repelús...!
Ignoré deliberadamente su comentario. Mis ojos se clavaron en la otra muchacha... esa que parecía tan tímida y callada. Ahora que me fijaba era muy atractiva. Tenía una figura estilizada y curvilínea, de curvas suaves y generosos atributos. Mucho más que la presidenta. En sus piernas delgadas portaba medias negras hasta la altura de las rodillas. Su cabello era negro azabache, brillante, profundo y llevaba una pequeña trenza en el lado izquierdo, de esas que usan las mikos. Sus ojos miel se fijaron en mí y entonces, aunque extrañamente, la vi llevarse la mano a los labios y reprimir una dulce risita.
—Encantador —mencionó entonces —. Nunca había conocido a un humano tan interesante.
¿E-encantador? ¿Yo? Probablemente era la primera vez que me decían algo como eso. Reí ligeramente sin saber como reaccionar ante el cumplido... y rasqué mi nuca con mi mano derecha. la presidenta, mientras tanto, se volteó a verla como si tuviera delante un fantasma.
—¡¿Konoe?! —tronó apretando sus puños con rabia —¡Es un humano! ¡Los humanos no son interesantes! Son estúpidos y molestos. Y este espécimen —dijo señalándome —, es la prueba perfecta de ello.
Konoe rió dulcemente de nuevo, restándole importancia. Ah... la dulzura de las dandere. Quién pudiera tener una como novia...
—¡Por Vlad Tepes, ya está bien! —exclamó furiosa la presidenta. Volvió a mirarme y sus ojos, ahora extrañamente rojizos como la sangre que extrajo del cuerpo de Konoe me traspasaron como una flecha—. Te doy hasta mañana para que revoques tu inscripción en la academia. No pasó por mis manos, si no la hubiera rechazado directamente...
>>Agh, ¿pero en qué estaba pensando padre, aceptando el traslado de un humano? ¡Sabiendo cuanto los desprecio...!
Dio un zapatazo al suelo como una niña mimada en plena rabieta. Definitivamente eso era todo lo que era. Una niña mimada. ¿Qué había pasado con la seria y diligente chica que nos había hablado a todos en el salón de actos? Que equivocado había estado.
Yo observaba un poco apartado, pero entonces... sus palabras cayeron sobre mí como una maza. Escuché a la presidenta soltar un quejumbroso ''¡Konoe~! '' mientras se lanzaba entre los pechos de la nombraba y esta la abrazaba y le daba palmaditas en la espalda entre tiernos y suaves ''Ya está, ya está... habrá sido solo un malentendido Nhym-san'' y aunque aquello fue muy gracioso y un poco irritante—porque, ¿quien no desearía estar en su lugar ahora? ¡Los senos de Konoe se veían como almohadas mullidas!—, me preocupaba enormemente la idea de abandonar la academia. Ahora que conocía su secreto. Ahora que mi vida monótona daba un giro radical... ¿tenía que abandonarlo todo por los caprichos racistas de la presidenta?
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Vamp Fangs
General FictionIkki es un chico normal, otaku, aficionado a la ciencia ficción y la fantasía épica. Tiene una vida aburrida y normal. Asiste a una nueva escuela aburrida y normal. Tiene una familia aburrida y normal... pero su vida da un giro de tresciento sesenta...