Parte única

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― ¿Cómo va todo Adrien? ― La voz acompasada de Max le hizo respingar un momento, manchando un poco su camisa con el café que llevaba en mano, no habia escuchado que entrara a su pequeño cubículo, causándole una impresión.

― Deberías ponerte un cascabel o algo ― Atino a decir, dejando el vaso de café a un lado del escritorio, moviendo varias de las herramientas que tenía regadas en el lugar.

Max rio con elocuencia, rodando los ojos al captar aquel chiste referente a gatos; Su amigo era todo un caso.

― Y tú deberías tener una bola de estambre para fijar tu estrés ¿Has visto tus ojeras? ― Bromeo a la par que se acercaba a él, atrayendo una silla de escritorio que se encontraba arrumbada casi en la esquina del lugar para poder sentarse, observando fijamente la pantalla que tenía su amigo sobre el escritorio.

Notó que la computadora procesaba información de manera rápida y eficaz, pasando miles de códigos por segundo en una interfaz que él mismo conocía, pues era la base de uno de sus proyectos más antiguos; Markov, una inteligencia artificial que resulto innovadora pues aparentaba tener sentimientos de empatía y amistad hacia su creador. Aunque tiempo después debido a un incidente de seguridad nacional, este tuvo que ser desactivado, pues al estar conectado al internet desde el principio, debido a que la hija del alcalde en aquellos momentos se habia mofado de él, Markov liberó archivos secretos en represalia.

Max, a pesar de lo que habia ocurrido con el, le fue otorgado su propio laboratorio de investigación en la Universidad de ciencias pues lo que habia logrado era un gran paso en la ciencia y tecnología del país, trabajando así como investigador y profesor al mismo tiempo a la corta edad de veintitrés años. Y, después de tres años de arduo trabajo, las cosas comenzaban a tomar forma.

Adrien Agreste, uno de los que se apuntó al llamado para desarrollar nuevas y más funcionales IA era algo así como un diamante en bruto; Algo distraído y usualmente solitario, pero increíblemente brillante. Su desarrollo en la programación de un algoritmo parecido pero menos rudimentario era brillante, y ahora se encontraba en espera de ver como evolucionaba el asunto.

Años atrás habían fallado, teniendo que desconectar por completo alrededor de cuatro sistemas controlados por inteligencia artificial, debido a que estos en la mayor parte de los casos, desarrollaban su propio idioma lo que les limitaba el control sobre sus acciones, creando así posibles amenazas.

Tanto Max como Adrien entendieron que los nuevos códigos que se habían generado tenían libertad de pensamiento, pero no tenían ninguno que ayudase a desarrollar una personalidad o ciertos afectos hacia ellos, caso contrario a Markov, quien fue instruido paso por paso por Max, creando un lazo eficaz.

― El estrés se irá cuando vea que hemos tenido éxito, si después de esta compilación de datos es capaz de hablar nuestro idioma y comunicarse directamente conmigo, sin ningún idioma creado de la nada o con intenciones de dañar las redes del gobierno ― Espetó con ironia, rodando los ojos hacia la pantalla ― Pero si nada de lo negativo pasa, comprare una bola de estambre ― Agregó, guiñando un ojo hacia su amigo de manera divertida.

― Te regalo un camión entero de bolas de estambre si esta vez resulta ― Una suave risa salió de sus labios, sin poder ocultar que realmente se encontraba emocionado.

Era el trabajo de muchos años que, esperaba que rindiera frutos.

Tanto él como Adrien se habían enfocado todo ese tiempo a lograr aquella meta, deslindándose un poco de la realidad en cierta medida, pero ambos compartían un pensamiento; Era por un bien mayor.

Cuando la compilación de datos y códigos se detuvo en la pantalla, ambos hombres guardaron por unos minutos la respiración, expectantes de lo que pudiera ocurrir.

Artificial love [Miraculous Ladybug AU][ Oneshot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora