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- ¡Buenos días, se te está haciendo tarde!- mencionó la Sr. Lee al oírme bajar de las escaleras.

- Sí y no quiero entender cómo, siendo que no dormí nada después de la comida- tuve todo el tiempo del mundo para arreglarme y preferí quedarme leyendo webtoons.

- ¿No dormiste nada?- preguntó sin mirarme, lavando los trastes, a lo que yo asentí con un ruido. - Entonces, ¿Deseas que te prepare un café o algo?-.

- No, no se preocupe. Después de todo yo trabajo en una cafetería, en caso de necesitarlo, no dudaré en pedir uno.

- Esta bien, no se exija mucho en el trabajo hoy...- dijo mirándome raro por la ventana de la cocina, la cual reflejaba mi cara desde el ángulo por el cual ella miraba- Jennie, acaso usted...-.

El ruido de la bocina de un auto frente a nuestra casa le impedió seguir hablando.

- Ese es mi Taxi, nos vemos pronto Sra. Lee, aviseme si necesita que realice alguna compra- me retiré de la casa bajo la mirada sorprendida de ella.

*

- No se preocupe, puede quedarselo si desea- le dije al conductor, el cual batallaba con su billetera para encontrar las monedas correctas para mi cambio.

- Muchas gracias, es usted una jovencita muy amable, que tenga un buen día.

Fue un alivio bajarse de ese taxi, el viaje fue muy incómodo. En cada semáforo rojo, el conductor se tomaba su tiempo para mirarme a través del espejo retrovisor.

Un escalosfrio recorrió mi cuerpo, para mi suerte, este era normal, me sentía muy observada. Y esto no se detuvo incluso cuando entre al negocio donde trabajaba.

- Buenos días a todos, lamento la demora- dije sabiendo que llegaba atrasada. Hice una reverencia y me adentré al vestuario para cambiarme para la inspección.

Minutos después tuve que ir apresuradamente a posicionarme al final de la fila de inspección, a menos de que quisiera ser reprobada por no estar a tiempo.

- Y por fin la última...- dijo Mónica, mostrando segundos después una expresión confusa- Jennie, ¿Te has puesto maquillaje el día de hoy?-.

- Sí - dije firme y tímida a la vez, notando mi sonrojo, espero que no se note mucho...-.

- Supongo que esto es gran cambio, después de todo eres joven, aún sigues descubriendo tu estilo- mencionó inspeccionandome muy detenidamente de arriba hacia abajo- Bueno, damos por finalizadas las inspecciones de hoy, abran las puertas y a trabajar-.

Se oyeron un montón de pisadas apresuradas, algunas yendo a sus puestos, otras a abrir las puertas del salón y otras, como las mías, a preparar las mesas.

*

No habían pasado ni dos horas y media de trabajo y ya podía decir que estaba exhausta de tanto caminar, no había hecho una buena elección de zapatos para este atareado día.

"¡JENNIE MESA SEIS! VEN A BUSCAR EL PEDIDO" oí el gritó de uno de mis compañeros de trabajo y me dirijí de la manera más rápida hacia la barra para alcanzar el pedido a respectiva mesa.

Mientras llevaba el pedido, debido a mis zapatos, no pude evitar resbalarme y apoyarme en una mesa para no caer, la mesa 4. Al levantarme oí un casi inexistente "¿Te encuentras bien?" Estaba a punto de responder hasta que me percaté de que había arrojado un cubierto con mi caída. Me acerqué a piso nuevamente (esta vez con voluntad de hacerlo) y lo recojí para alcanzarlo a las manos del cliente que, ahora, estaba tomando de su bebida...

- ¡¿JENNIE, ESTÁS BIEN?!- no escuchaba nada a demás de los pasos de mis compañeras acercándose a mi después de ver que, accidentalmente, nuestro cliente había escupido todo el líquido que contenía en su boca, en mi cara.

- Sí, solo estoy un poco sorprendida- dije tratando de pararme con la cabeza gacha por la vergüenza que aquella acción me había causado.

Luego del incidente, fui acompañada por Umji al baño. Mientras me alcanzaba la toalla para que me seque, dijo:

- Él parecía muy apenado por lo sucedido...- debió estarlo, espero que no haya sido vergonzoso solo para mí- Pero le agradezco que lo hiciera-.

- Sí... Espera, ¿Qué? - ¿Acaso había escuchado mal?

- Mmh Jen, no te enojes, ¿Si? No planeábamos decírtelo pero el maquillaje que te hiciste hoy...- dijo mientras apuntaba la toalla que usé para limpiarme la cara.

¡Oh dios mio! Había dejado una toalla blanca llena de colores marrones, rojos y un ligero violeta proviniente de mi sombra. ¿Yo había tenido ese tipo de colores tan intensos en mi rostro todo este tiempo? ¿Y NO ME DIJIERON NADA? Debí parecer una ridícula, a esto se debían tantas miradas incómodas en el día de hoy.

- Deberías tomar un curso de maquillaje, ¿No tienes a nadie que te enseñe como hacerlo?-.

- ¿NO SE SUPONE QUE LO HABÍAN HECHO USTEDES DOS AQUEL ENTONCES?- Le grité causando que su rostro formara una mueca asustada- Yo lo siento, no sé de dónde vino eso- dije apenada por aquel repentino cambio de actitud.

- Yo debería ser la que se disculpe, te haz enojado, entiendo. Lamento no habértelo dicho, te lo comentaré si llega a suceder una segunda vez-.

Finalizando la nuestra (ahora) relajada conversación, volvimos a nuestro puestos de trabajo para terminar con el horario de medio día.

La mesa 4 estaba vacía.

AMNESIA: Un ángel y el diablo. [BPxBTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora