Carpe Diem...Grey.

Capitulo 5

POV ANASTASIA .

Después de las presentaciones, nos dirigimos hacia mi despacho, ya que tenemos que hablar acerca de como trabajaremos.

-Adelante- Lo invito a pasar. Justo cuando pasa exactamente frente a mi rostro, puedo percibir su aroma, es una combinación de azares, con cítrico muy cautivante .

-Gracias- Toma asiento, y yo hago lo mismo frente a el.

-Dígame Sr. Maxwell que...- Me interrumpe.

-Por favor dígame James, y háblame de tu, que me traten de Señor me hace sentir viejo e incomodo.

-Claro , solo si uste... tu me llamas Ana.

-Seria un placer llamarla por su nombre, por cierto es precioso.- Lo dice al momento que siento el rubo subir por mis mejillas.

-Bien, el motivo de su contratación es porque creo que SIP necesita personas con potencial, con visión, dedicación, y por lo que veo tu cuentas con ello.

-Para mi sera un honor ser parte de tu equipo Ana.- dicho esto me obsequia una sonrisa de lado, que es endiabladamente sexy, haciendo que una corriente contraiga mi vientre de una forma... exquisita.

-¡Excelente! dejame mostrarte tu oficina.

Después de mostrarle su oficina a James me dirijo hacia mi despacho.

Justo cuando estoy tomando asiento, mi teléfono suena, y al instante se de quien se trata. Es Christian, se que es el por el tono determinado que tengo especialmente para sus llamados.

-¡Hola nene!

- Hola preciosa. Espero no estés ocupada o interrumpa algo importante, solo que te extrañaba y quería escuchar tu voz.

-Claro que nos estoy ocupada, de hecho acabo de llegar de mostrarle su oficina a James.

-¿Al imbécil de Maxwell? ¿es en serio Anastasia? ¿ahora lo llamas por su nombre? por favor no me digas que tejas que te tutee...

-¡Christian basta! creo que esta bien tener ese tipo de confianza, ya que nos veremos todos los días y trabajaremos juntos.

-¡NO! yo creo que por ser su jefa mereces un poco de respeto del idiota ese.

-Christian... no tendré esta discusión contigo, es algo tonto por pelear por una tontería como esa.

-Lo siento nena, es que me enerva ese gilipollas.

-Mejor dime ¿a que hora pasaras por mi?

Es hora del almuerzo, me apetece algo del Starbucks.

Justo cuando estoy por tomar mi bolso, alguien toca mi puerta, y doy el acceso a mi oficina con el típico adelante.

-Hola.- James asoma su cabeza por la puerta

-Oh, hola

-Fui al Starbucks por mi almuerzo y me pareció que hoy podríamos almorzar juntos.- Dicho esto me tiende una bolsa con lo que deduzco es mi almuerzo.

-No debiste de haberte molestado, justo iba para allá.

-No es ninguna molestia créeme...

Mientras el almuerzo transcurre en mi despacho, me percato de varias cosas.

James es muy guapo, pero no solo eso; es muy inteligente, divertido, cortes, un caballero, ¿ya mencione que es muy guapo?

-Y dime James, ¿tienes pareja?- Ya se que leí su informe, pero quiero oírlo decir de su linda boca.

-No, no tengo. Creo que no he encontrado a alguna chica que sea la indicada, he tenido novias, y todo, Pero realmente nada formal, unas relaciones muy poco convencionales...

-¿Como que poco convencionales?

-Si, relaciones no...por asi decirlo ordinarias.

Y a la mente me llega mi relación poco convencional con Christian y todo ese rollo del BDSM. A pesar de que al principio me llego a intimidar su estilo de vida, con el tiempo me adapte, a tal grado que disfruto eso, y nuestro Sexo pervertido.

¡ESPERA!

¿con relaciones poco convencionales no se referirá al BDSM?

Y antes de que lo pueda detener, las palabras salen de mi boca.

-Te refieres a una relación amo/sumisa o BDSM?

Se tensa al instante lo que hace que mi duda sea respondida por esa reacción de su cuerpo.

-¿Tu que sabes acerca de eso?

Ahora la tensa soy yo. Mierda, ahora que respondo.

-No mucho- Y trato de que mi tono de voz no delate mi nerviosismo.

-Hmmm , esta bien. Y dime ¿ llevas mucho tiempo casada con Christian?

- Seis meses

-Oh, poco tiempo

-Si, pero han sido seis maravillosos mese.

-Me imagino, Christian tuvo suerte en encontrar a una chica tan hermosa como tu. Es muy afortunado.

No puedo evitar sonrojarme y agachar la mirada.

-Gracias, eres muy amable.

-Luces preciosa cuando te sonrojas.

Levanto la vista, y me encuentro con sus ojos azules, que me miran intensamente. Y me pierdo en el mar de sensaciones que me hace sentir desde que lo conocí. O mejor dicho: desde que lo vi en mi sueño y me beso.