Capítulo 8: Mientes

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Estaba tumbada en mi cama boca abajo, ya que las heridas me rozaban con la colcha y me ardía la piel, dándome una sensación de quemadura. El teléfono sonó. Era Danny. Dudé dos veces en cogerlo, no quería que notase mi debilidad en la voz. Pero le cogí intentando disimularlo lo mejor posible, sino vendría y se montaría una buena...

-S...sí?

-¿Laura?

-Ho...hola mi amor. ¿Qué tal todo?

-¿Que tal todo?, ¿Qué es lo que pasa contigo Laura, llevas desde ayer por la noche sin responderme a un solo mensaje, no me coges, voy a tu casa y no estás.

-¿Qué?

-¿Qué de que?

-¿Has venido a mi casa?

-Sí. Quería verte, pero el rubio este... osea... Lucas, me ha dicho que no estabas.

-Vaya... veo que tengo nuevo secretario personal que decide por mi.

-¿Me vas a decir ya que es lo que pasa?

-No sucede nada.

-Venga ya Laura, venga ya. Faltas a clase ayer y hoy, apenas me llamas o quieres quedar conmigo, te noto cansada, angustiada, y ayer no quisiste ni follar conmigo, cosa que era algo común cada finde que nos veíamos, y apareces llena de moratones. ¿Te están haciendo algo? Se sincera por favor, o almenos conmigo.

-Danny no puedo contar nada, son secretos que a veces una chica debe guardarse. Nada en tu contra, solo una mala racha. Ya me pasará ¿si? tengo que dejarte, mañana te veré supongo. Hoy no me llames mas, tengo mucho lio. Te quiero.

-No espe...-le colgué. Debía hacerlo por su seguridad sobre todo.

Y recostada de nuevo en mi cama, cerré los ojos y me quedé dormida.

Diez minutos más tarde

Dolor.Tristeza.Desesperación.Matar.Sangre.Gritar.Llorar.Gemir.

Todo se me revolvía en la cabeza creandome una pesadilla de la que me cuesta despertar.

Me levanté sobresaltada y sudando por la tensión. En la oscuridad solo se oia el ruido del aire entrar en mi boca, acelerada.

Me gire y volví a cerrar los ojos para intentar dormir,pero algo me heló la sangre y me dio una punzada al corazón.

Oía gritos desde lo lejos. No sabía de donde provenian, y creo que preferiria no saberlo. Se escuchaban, cada vez más fuerte, suplicas acompañadas de lágrimas.

En mi caso,la curiosidad vence al miedo. Así que,lo medité unas cuantas veces y me levante.

Salí de la habitación procurando no hacer ningun ruido. Los gritos se iban acercando al ritmo que iba caminando escaleras para abajo. Continue sin que la madera me delatase al crujir y al quinto paso sentí una mano en mi boca. Mierda,pensé. Me van a crujir a golpes.

La mano me arrastró hasta un cuarto, y me tiró en la cama sin encender la luz.

-Andrés, solo quería agua lo juro, tenía sed nada más de verdad yo... -dije entre lamentos y sollozos-.

-Callate, soy yo.

-¿Lucas? ?Por qué me arrastras así? Me has dado un susto de muerte-le repliqué enfadada levantándome de la cama.

Pero este me volvió a tumbar con fuerza.

-¿Acaso eres tonta? ¿No te he dicho antes que si quieres conservar tu salud hagas lo que yo te diga? Pareces masoquista.

-¿¡Masoquista yo!?

-¡Sí! masoquista tú, que parece que unos latigazos y unos golpes no son suficientes para que te enteres de una vez que jugar con mi padre es muy peligroso. Demasiado.

-¿Por qué se oyen gritos?

Su rostro se puso muy pálido. No sabia que excusa ponerme.

-Imaginaciones tuyas.

-No me invento lo que oigo Lucas.

Se tocaba el pelo mientras pensaba que responderme.

-Dime la verdad.

-Rubia, hay veces que la verdad es mejor no saberla o lo más tarde posible. Hazme caso, hay cosas en la vida dificiles de asumir, y una vez que las comprendes pueden llegar a ser mortales.

No quise entrar más en el tema, o almenos de momento.

-Una cosa más.

-Demasiadas preguntas haces tú-dijo sarcástico.

-Si yo no me meto en cosas tuyas que no me incumben, tu tienes el derecho de hacerlo?

-¿A que te refieres?

-Lo sabes de sobra.

-No... no me gusta para ti.

Reí.

-¿Y desde cuando me tiene que importar tu opinión? Que a veces te entren ganas de ser el protector que me defienda, no quiere decir que te metas en mi relación.

-¿Y porque estás con él si sabes que me quieres?

Unas horas atrás.

Después de entrar corriendo en mi habitación tras lograr escapar de ese desván, me tumbe en mi cama boca abajo para que las heridas no me rozasen.

Me quedé pensando en las palabras de Lucas.

Me dejaron llena de misterio, y no sé si lo podré resolver. Reconozco que me impresiona. Con esa mirada de enfado, con  esos profundos ojos azules que me dicen lo contrario que su ceño fruncido. Le estoy empezando a coger cariño, pero no precisamente de hermano.

Sonó el móvil. Era Danny.

-¿Y porque estás con él si sabes que me quieres?

-Eso es lo mas absurdo que oi en el día de hoy-dije nerviosa.-No sé ni como se te pudo pasar por la cabeza.

Acerco su rostro al mio, y rozando sus labios en mi oreja, produciendome un escalofrio, me susurró:

-Mientes.

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⏰ Última actualización: Jun 16, 2014 ⏰

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