Nightcall (Llamada nocturna)

Prólogo: Yo.

Mi nombre es "Darren", tengo 15 años de edad, nací el 12 de marzo de 1981 y acabe de mudarme a "Palm City".

Mi conducta es tranquila en la mayoría de los casos, no me gusta lastimar a nadie y siempre quiero arreglar los problemas de la forma más pacífica que sea posible, aunque últimamente he cambiado un poco y trato de arreglar mis problemas de una manera muy agresiva, en mi anterior instituto, hasta mis amigos me trataban como saco de boxeo, pero durante los últimos días no me podían ni tocar, porque yo respondía de la misma manera o quizás hasta peor.

Sufro de depresión, casi siempre estoy deprimido por mi forma de "vivir la vida", mi vida es muy monótona, pero no puedo cambiar eso,  lo único que me ayuda en eso es la música. La música forma parte de mi vida, y pues hace que sienta que la vida no es una mierda.

Una de las razones de que nos mudáramos, era por mi depresión, mis padres dicen que con este cambio de ambiente quizás me sienta mejor, puede que sea cierto, llevo dos semanas aquí y por así decirlo, me siento mejor, me siento neutral, literalmente no me siento vivo; no siento felicidad pero tampoco tristeza, y creo que este pequeño cambio está bien. 

Mañana empiezo la secundaria, estoy algo deprimido por ello, soy el típico chico cliché, a el que le hacen bullying, más que todo por la contextura de mi cuerpo, soy muy delgado a pesar de que como bastante, me tenían apodos por ello y todos lo días regresaba a mi casa con una paliza, y mis padres me daban otra por no defenderme. Esta era una de las causas de mi depresión, espero que con este cambio no pase lo mismo que pasaba en mi anterior escuela.

Otra de las causas de mi depresión, era que todos me criticaban a mis espaldas, odiaban mi forma de ser, y mis padres la siguen odiando, casi siempre los escucho aplicando mi oído en la puerta de su cuarto, hablando de lo inútil que soy; yo solo iba a mi habitación, le ponía seguro a la puerta, y escuchaba música en mi Walkman mientras lloraba y me auto-criticaba. Ellos siguen hablando mal de mi, pero creo que lo estoy superando, pues cuando los escucho, hago de oídos sordos y me voy a mi habitación a escuchar música, prácticamente lo mismo, solo que ya no lloro, ya me da igual lo que digan de mi.

Siento que todo en mi vida cambio, espero que esto sea un cambio permanente y no temporal.