Era un cálido día de agosto, Joel dormía plácidamente envuelto en sus sábanas, hace apenas una semana había regresado a vivir a la casa que compartió con su hermano hace años, la mudanza había sido brutal y estaba totalmente agotado, tenía más cosas de las que podía recordar y la mayoría se quedarían embaladas por un largo tiempo, solo había dejado a la mano la ropa necesaria para la estación cálida, el verano era más fuerte de lo que recordaba, aunque eso no evitaba que el viento helado quemara y cuarteara sus mejillas, ver su cara chaposa era algo de lo que ya se había olvidado. De pronto pudo sentir en su rosto la frialdad de un líquido que sin piedad golpeó su piel, haciendo que de un brinco saltara de la cama y se golpeara la cabeza contra el suelo al enredarse sus piernas con las sábanas con la que estaba envuelto, el dolor en su frente hizo que se paralizara por unos segundos, no pudo reaccionar hasta que escucho una voz dirigirse a él con gran enojo, ya sabía quién había sido.
– ¡¿Hasta qué hora piensas dormir?! ¡Tienes que encontrar trabajo! ¡Ni creas que voy a mantenerte! – Pronuncio con mucho enojo el hermano mayor de Joel mientras quitaba las sábanas humedecidas por el agua que él mismo acababa de verter sobre ellas.
– ¡¡¡Estás loco!!! ¡¡¡Pudiste haberme matado del susto!!! – Grito Joel mientras que frotaba su frente enrojecida por el golpe y sacudía su cabeza intentado sacar el agua que se había metido a su oreja, era realmente incomodo tener esa sensación que sumado al dolor solo lo llenaba de estrés y frustración.
– Ya quisieras – Respondió Andrés con mucha frialdad – Levántate de una vez que el desayuno está listo. No seas vago, deje que descansaras por una semana para que te aclimatases, pero no puedes seguir así toda la vida, eres un adulto y debes ser responsable, así que vamos de una vez que la comida se enfría.
– Ya voy "mamá". – Contesto Joel de forma sarcástica mientas veía como su hermano le alcanzaba su ropa, tampoco podía estar en calzoncillos todo el día.
– Déjate de tonterías y levántate de una buena vez. Aún tengo que llevar a Leidi al colegio y no tengo tiempo para cuidar de un irresponsable como tú. – La expresión de Andrés era totalmente de enojo, ni siquiera su hija le causaba tantos problemas como su hermano menor lo hacía, sentía que Joel disfrutaba sacándolo de quicio, no eran ni las ocho de la mañana y ya estaban peleando, la convivencia definitivamente no sería fácil, eso estaba más que claro para él, pero estaba decidió a hacer que su hermano madurara y comprendiera que debía cumplir con sus responsabilidades, aquellas de las que había huido desde hace ya casi 10 años.
– Ya bueno, no te pongas así, ya me levanto. – Pronuncio Joel mientras veía como su hermano salía rápidamente de la habitación, agarro su ropa que estaba sobre la cama; un pantalón de tela color gris y un polo banco con mangas cortas, se tomó su tiempo para vestirse, realmente no tenía ningún apuro, después se volvió a sentar en la cama, se queda en silencio mirando la ventana, esta estaba cerrada por las cortinas, aun así él se quedó ahí, en total silencio por varios minutos viendo hacia la nada, como si intentara recordar algo, una imagen vino a su mente, un recuerdo agradable para él, algo que ocurrió ahí mismo, en esa habitación hace muchos años atrás, su mente se llenó de nostalgia, mientras su alma se estremeció con tristeza.
Aun con las fuerzas en contra, Joel se levantó y fue al baño, tenía la vejiga llena, aun así, estaba seguro que, si su hermano no lo hubiera levantado, hubiera seguido acostado hasta que su vejiga explotara. Ya cuando bajo a desayunar su hermano y sobrina se habían ido. El comer solo no era algo nuevo, había sido así en los últimos 10 años desde que dejo esa casa y se mudó a la ciudad, una independencia que ya extrañaba, sinceramente para él era mucho más cómodo comer solo, al menos así podía degustar tranquilo de sus alimentos sin tener que soportar los regaños de su hermano mayor y ni hablar de la pequeña niña que lo veía como un intruso en su propia casa, le era simplemente incomodo estar cerca de ella, que ni el nombre podía recordar bien por más veces que se lo repitieran. El trato entre ambos siempre fue hostil y parecía que eso no cambiaría, Joel no tenía ninguna intención de generar alguna cercanía con esa niña, aun cuando se trataba de su propia sangre, simplemente no la quería, su sola presencia lo molestaba, siempre fue así, desde que ella llego a su vida no la quiso.
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Supay - Retribución Cárnica
Short StoryEn un pequeño pueblito olvidado por la mano de Dios, el destino de muchos será manipulado por el deseo y la ambición de unos pocos, desatando con esto el comienzo del mal.