02

29 5 2
                                    


Fue una entrevista algo particular, prácticamente no intercambiaron palabras después de que Genoveva le recordara a Joel la razón de su ruptura, ella se dedicó únicamente a leer la documentación una y otra vez, de vez en cuando miraba a Joel sobre las hojas de forma despectiva, no ocultaba en lo más mínimo su desagrado. Después de un largo silencio, Joel escucho un nada prometedor "nosotros te llamaremos" mientras su antigua compañera de clases le señalaba la puerta, haciéndolo entender que ya era hora de irse, aquello fue simplemente tan humillante.

Sintiéndose totalmente desmotivado, Joel retomo el largo camino a casa, le sería imposible entrar a dicha empresa, eso lo tenía más que seguro, pero por otro lado, aún quedaban dos entrevistas más para el día de mañana, no podía decir que estaba totalmente derrotado, además, su situación económica no era tan mala, tenía suficiente dinero ahorrado para poder sustentarse hasta encontrar trabajo, Joel se dio cuenta que aquel encuentro fortuito podría significar su pasaporte de regreso a la ciudad, después de todo su hermano creía que ella y su familia estaban muy lejos del pueblo, de lo contrario jamás le hubiera dicho para volver, estaba seguro que en cuanto le dijera a Andrés que Genoveva estaba en el pueblo lo enviaría lejos lo más pronto posible, liberándolo de la promesa que le hizo hace años, con tal de mantenerlo a salvo.

Aquel pensamiento hizo que recobrara el buen ánimo, reviso su agenda por si había algo más pendiente ese día, vio la anotación de la chocolatería y pensó que sería bueno pasar a curiosear para probar algo dulce, eso no le caería nada mal para alegrarle un poco el ánimo. El sol ya se había ido a descansar hace mucho, pero Joel ni se había percatado, estaba tan distraído imaginando volver a su vida en la ciudad que ni se percató que tenía varias llamadas perdidas de su hermano, solo había sacado su celular de su bolsillo para ver la hora, pero no le dio tiempo de ello, su teléfono comenzó a vibrar en su mano, inmediatamente contesto, podría ser algo urgente.

– ¡Hola Hermanito! – Contesto Joel alegremente, aun cuando no tenía el número de Andrés guardado como contacto, podía recordar el numero perfectamente al verlo.

– ¿Conseguiste trabajo? – Fue lo que Andrés pronuncio sin siquiera saludar, las palabras secas y cortantes hacían dar cuenta que no estaba para nada feliz.

– ¿Por qué eres tan aguafiestas? Uno aquí tranquilo y tú de amargado, además, para que lo sepas, aun no me dan los resultados, no soy el único en postular ¿Sabes?

– Lo suponía – El tono de voz manifestaba claramente decepción, era claro que no confiaba en su hermano menor.

– Encontrare algo pronto, sabes bien lo capaz que soy, si las cosas se complican demasiado aun puedo usar mis ahorros.

– ¡Ese dinero es de Leidi! – Interrumpió el mayor desde el otro lado del teléfono.

– ¡Ese es mi dinero! – Replico Joel ante las palabras de su hermano.

– Hicimos un trato, Joel. No puedes echarte para atrás ahora, no vamos a tocar ese dinero, es para Leidi.

– Escucha. No estoy de ánimos para pelear ¿De acuerdo? He tenido un día increíblemente largo y tedioso como no te imaginas ¿Para qué llamaste?

– Necesito que recojas a Leidi.

– ¿Qué? No está ya grande para que la tengan que recoger ¿Qué edad tiene? ¿12, 13? Ya tenemos que ir viendo lo del quinceañero o la niña se nos va aquedar vistiendo santos.

– ¡Tiene nueve! Hay muchos carros y gente desconocida en el pueblo. Además, aunque fuera mayor ¿Acaso te has dado cuenta de la hora que es?

– Claro que sé qué hora es ¡Son las...! – Joel no termino de hablar al ver la hora en el reloj de su celular, realmente era tarde.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 17, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Supay - Retribución CárnicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora