Capítulo 1 - ¿Y si había llegado el momento de volver a cambiar?

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Ramos esperaba impaciente a la inspectora jefe en su despacho de espaldas a la puerta... Mientras tanto, nerviosa, miraba a su alrededor... la pizarra con los casos abiertos, las montañas de papeles en su escritorio, una foto de su familia junto al teclado,...

La puerta se abrió de golpe y la joven se asustó ligeramente volviendose hacia la entrada. Apareció la mujer de la foto, era tal y como se la habían descrito...

-¿Ramos?

-Si inspectora..

-No te esperaba tan pronto...

-Acabo de llegar de Valladolid y quería pasar por la comisaría para presentarme...

-No era necesario, pero me parece muy bien. Claudia Miralles -la inspectora le estrechó la mano.

-Encantada, Lola Ramos -dijo tímida mientras apretaba la mano de su nueva jefa.

-Bienvenida a Distrito Sur Lola. Hasta mañana no te asignaré tu sitio y tus funciones. Ahora será mejor que te vayas a descansar... aquí todos los días son muy duros! y por cierto, puedes tutearme. Es lo habitual, excepto con el comisario, claro.

-Gracias inspectora, estoy deseando incorporarme a mi puesto -Lola sonrió y se despidió de Miralles

La realidad es que nunca se había planteado ser policía... Le encantaba el deporte y le hubiera gustado hacer carrera profesional, pero no lo consiguió. Después de un tiempo dando tumbos, sin saber qué hacer vio en el Cuerpo una salida a su situación que le gustaba. Ayudar a los demás seguro que la haría feliz.

Tras salir de la academia quiso quedarse en Valladolid. Sus padres eran divorciados y siempre había cubierto el papel de madre que necesitaba su hermano pequeño, pero sabía que allí no llegaría muy lejos... En aquella comisaría una mujer policía todavía no era considerada igual que un hombre, era ninguneada continuamente y encontrarse casi a diario con la gentuza que regentaban los locales en los que había trabajado como bailarina para pagarse los estudios cada vez era más insoportable.

Tenía que salir de allí, aunque le costara alejarse de su familia... Era el momento de pensar en su futuro. Tenía claro que quería ir a Madrid, por lo que rechazó varios traslados a otras ciudades. La oportunidad llegó cuando su inspector jefe le avisó de que había una plaza libre en la comisaría del Distrito Sur, en Madrid. Le advirtieron que no era un lugar fácil, que cubriría el puesto de una compañera que había resultado herida en un tiroteo y que no podría volver a ser policía, era algo habitual en aquel barrio... de hecho,... lo llamaban "Kabul".

Estaba convencida de que sería su sitio, más aún cuando buscando información en la red comprobó que era una de las comisarías con más mujeres policía de España.

En apenas 24 horas había pasado de la tranquilidad de las calles de Valladolid a entrar por la puerta de la comisaría de "Kabul". Y allí estaba, a primera hora de la mañana volvió al despacho de Miralles para que le indicara cuál era su cometido a partir de entonces.

-¡Sígueme!. -La inspectora se dirigió hacia la mesa de la oficial encargada de Atención al Ciudadano. -Te presento a Esperanza Beltrán, nadie conoce mejor que ella esta comisaría, ella te la enseñará y te dirá cual es tu puesto, ya está informada de todo.

-¿Eres Lola verdad? -Espe le ofreció su mano -Encantada! -Lola sonrió y le respondió de la misma forma. Sin duda, aquel sería el peor barrio de Madrid, pero intuía que en aquel lugar estaba su sitio.

El tour por la comisaría estaba acabando, Espe le había presentado a casi todos los compañeros y las dos chicas reían con ganas recordando la cara que les había puesto Laura, la inspectora de la UIT. -Te aseguro que es así con todos! -reía Espe. Es muy especial, pero es una gran policía y una gran persona.

Habían encajado a la perfección, parece como si se conocieran de toda la vida. y pronto se harían grandes amigas.

Llegaron a la mesa de Elías al mismo tiempo que llegaba él echando pestes del café de la máquina... -Elías! mira, te presento a Lola, nueva compañera

-Lola le estrechó la mano -Elías Guevara... el mejor poli de esta comisaría... y el más cascarrabias! -exclamó Espe.

-Anda anda, no será para tanto. Y si lo dices por mis piropos a esta mierda de café... haz el favor y comentaselo tu al comisario, a ver si nos la cambian, que a mi me hace poco caso... ¡Encantado Lola! y bienvenida a Distrito Sur, para lo que necesites, ya sabes donde encontrarme! -dijo Guevara señalando su mesa

-Bueno... pues ya conoces a todos. Nos queda el comisario, que ha salido, pero volverá pronto. -Lola estaba nerviosa por conocer a su jefe, con Miralles también lo estaba, pero el hecho de que fuera mujer le tranquilizaba

-¿Y cómo es? -Preguntó Lola...

-Quién, ¿el comisario? -Pues, un poco sieso... estiradillo.... Aquí la jefa es Miralles, a Bremón le van más los números, las ruedas de prensa, las fotos y las cenitas con los barandas de la policía... Su suegro es DAO... así que su mujer... le tiene cogido por... ya me entiendes -Espe sonrió pícara- pero... ¿por qué lo dices?

-Por nada... -Lola no pensaba seguir la frase, pero Espe le infundía confianza- Digamos que no he tenido muy buena experiencia con los hombres en esta profesión. En la comisaría de donde vengo son muy conservadores y no te toman en serio por el sólo hecho de ser mujer.

-Aquí no vas a tener ese problema, como ves... la mayoría somos mujeres.

-Lola asintió más tranquila- Creo que voy a ir a cambiarme y luego me presentaré al comisario

-Espera, no va a hacer falta -Bremón acababa de llegar a la comisaria-

-Comisario! -Espe le llamó la atención para que se acercara a ellas -Le presento a Lola Ramos, la nueva oficial.

-Encantado -Bremón le sonrió y estrechó su mano con la de Lola- Supongo que Miralles te ha indicado cual es tu puesto -Lola asintió tímida- Cualquier cosa que necesites puedes contar conmigo o con Miralles. Sabes donde encontrarnos. Bienvenida a Distrito Sur. -El comisario se despidió y fue hacia su despacho.

Lola le observaba mientras se iba. No era tan estirado como decía Espe y no tenía nada que ver con su anterior comisario, que ya lucía calva y curvita de la felicidad. De hecho, Bremón le resultaba bastante atractivo...

-Bueno... pues a trabajar! -Espe la sacó de sus pensamientos

Lola recordaba aquel primer día en Distrito Sur con la mirada perdida en algún lugar de la comisaría. Hacía ya casi dos años de su llegada a Madrid, pensaba que allí recuperaría la ilusión por ser policía pero la rutina en la que se había convertido su trabajo no la llenaba. ¿Y si había llegado el momento de volver a cambiar?

Solo quiero que sepas que yo también te necesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora