cincuenta y seis

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Eran las 3 a.m, las calles de Hawkins estaban oscuras y desiertas cuando Steve y Billy caminaban a la casa de Steve, acababan de irse de la casa y, como era de esperarse, estaban un poco borrachos, pero no había nadie cerca, así que Steve se agarró con fuerza a la mano de Billy.

La calle vacía se sentía como su propia burbuja personal, como si el mundo hubiera dejado de existir detrás del cruce que se extendía delante y eran las únicas dos personas que quedaban en él. Estaban hablando y riendo mientras tropezaban camino a casa, intercambiando besos rápidos cada pocos minutos.

Steve se detuvo de repente en medio de la calle y miró pensativo a Billy.

'Steeeeve, cariño, ven a la cama, vámonos a casa', gimió Billy mientras tiraba de la mano de su novio; pero Steve no pudo ser movido.

"¿Qué pasa?" La preocupación comenzó a filtrarse en la voz de Billy mientras Steve continuaba mirándolo fijamente.

"Es solo que eres... eres jodidamente bello, Billy." Steve se veía tan serio cuando lo dijo, que Billy no pudo evitar sonrojarse un poco a pesar de que resopló ante las palabras.

"Ven aquí, chico bonito".

Billy tiró del brazo de Steve de nuevo y esta vez el moreno se dejó tirar a los brazos de su amante. Billy le sonrió suavemente y cuidadosamente apartó un mechón de cabello de la cara de Steve, apoyó las manos a ambos lados de la cabeza ajena, y lo besó. Sus labios se presionaron uno contra el otro de una manera que lo habían hecho cientos de veces antes, pero eso nunca dejó de transmitir un calor a través de su cuerpo.

Apenas hubo una advertencia de la lluvia, que de repente cayó desde los cielos. Steve chilló y se metió debajo de la chaqueta de Billy para encontrar algo de cobertura, pero el material delgado apenas cubría su cabeza. Su oreja estaba presionada contra el pecho de Billy y podía escuchar el retumbar de su risa vibrar a través de la parte superior de su cuerpo.

Billy sonrió tiernamente y le dio un beso en el cabello desordenado.

"Te amo, Steve".

Steve miró a Billy con sus grandes ojos marrones, sintiendose tan completo en los brazos de él que mientras la lluvia caía sobre ambos, Steve pensaba que ese podría ser el momento más feliz que haya tenido en su vida.

"Yo también te amo, Billy".

Los brazos de Steve se envolvieron alrededor de la cintura de Billy y cuando se besaron fue lento y gentil, un beso lleno de amor.


billy/steveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora