Fantasies -Marvel

☁D a r e d e v i l☁

—M a t t M u r d o c k—

☁N I N E T E E N☁

"No ves, pero si que puedes sentir, ¿O quieres que lo averigüe?"

☁☁☁

Una fiesta de algún ricachón en peligro se llevaba a cabo en el centro de la ciudad, en uno de esos edificios con muchos pisos y grandes ventanas que era parte de la empresa responsable del dueño de la grandiosa fiesta abajo y actualmente su casa después de todos los peligros que había estado viviendo, tu misión, contrario a lo que suponía tu viejo conocido, era proteger al ricachón de las garras de alguna corporación enemiga, en cambio Matt, vestido con su elegante smoking impecable que aparentaba lo mismo.

Después de su discurso de bienvenida, un grupo de chicos rivales al millonario se le acercaron para conversar un rato, después de todas las palabras intercambiadas habían quedado en subir a arreglar los asuntos casi de cerca hacía su piso, el más alto del edificio, donde se encontraba su oficina, el abogado también los seguía y en cuanto se dio cuenta de que eras tu la que acompañaba al tipo mejor trajeado se adelantó para interceptarte pasillos antes de llegar a la oficina de tu jefe.

Sentiste unas manos jalarte por detrás y estrellar tu espalda sobre la pared, aprisionandote bruscamente, luego viste sus ojos escondidos tras las gafas oscuras y su mano tapándote la boca, tan cerca de ti que sentías su respiración chocar contra el escote de tu blusa.

— ¿Que mierda haces aquí? — te preguntó con una voz demasiado grave a como la recordabas —  ¿Quien te mandó? — hizo otra pregunta a la cual obviamente no respondiste por tener aún su mano sobre tus labios — ¿Para quien trabajas? — después de varios intentos fallidos por querer liberarte de su agarre lograste hacerlo para contestarle.

— Estoy con él— un gesto de confusión en la cara de Matt te recordó los viejos tiempos mientras ladeaba la cabeza y te preguntaba si estabas bromeando, te limitaste a sonreír — ¿De que otra manera tengo que decírtelo? Deja a mi mafioso en paz Murdock — abrió la boca para preguntarte.

— ¿Tu mafioso?

— Si, mi, es algo así como mi sugar daddy 

— Ese no es tu estilo— su voz sonaba enfadada, pero la tuya salió divertida.

— Tampoco es tu estilo lastimar mujeres, pero mírate, pareces experto — sentiste el agarre de sus manos un poco más relajada y te relajaste más ante su mirada — volviendo al tema, no se si estemos del mismo lado, ni siquiera me importa, pero luché mucho para llegar aquí y si quieres al rey, tendrás que pelear con la reina — una maniobra de manos y lo tenias con la cara contra la pared, oíste pasos acercándose, tomaste a Matt y lo escondiste en una de las habitaciones que estaban por el pasillo que resultaba ser de limpieza — Quédate callado, por favor. — aprovechaste la oportunidad de tener una habitación pequeña a oscuras, cubriste la boca del castaño con una mano, y con otra tenías agarrada la perilla de la puerta.

— Se fueron — susurró, alejando su cara de tu mano.

— Claro, se me olvidaba que ves sin ver — suspiraste justo cuando Matt dio un paso hacia atrás.

— Creí que estabas del otro lado del mundo.

— Y yo creí que dejarte solo por unos meses sería bueno, ¿Ahora buscas a ricachones sin razón? 

— Ese hombre es de los malos. Le estas postando al caballo equivocado.

— ¿Acaso la señorita Page ya no es buena investigando? Murdock lo digo en serio, ese hombre al que quieres matar solo esta haciendo cosas buenas; dejamelo a mi.