El vacío del cascarón

Un despertar sin sueño

Abrí los ojos y me levanté de la bañera jadeando y llorando. ¿Había estado todo el tiempo soñando? No me importaba la respuesta lo único que quería era seguir viviendo. Me sequé con mi toalla con olor a... ¿Canela? Fue un recuerdo lejano cuando mi madre me solía echar especias diciendo: "Que rico eres". Esa broma que me parecía de mal gusto se convirtió en un dulce recuerdo en el cual me puedo refugiar.

Acto seguido me vestí cuando mi padre me interrumpió y me dijo que me diera prisa. Yo no sabía si quiera si era mi padre, lo había deducido por la forma de hablarme. Solo recordaba aquel sueño tan extraño y nada de la realidad. ¿Que estaba pasando?

A medida que pasaba el tiempo comprendí que debía de haberme dado un golpe en la bañera y tener amnesia, por lo que mi cerebro me protegería con falsos recuerdos.

No les dije nada a mis "padres" sobre este tema dado que parecía tan real ese sueño...

-Come rápido que nos vamos.-Dijo mi "padre" con una voz tan grabe como la de un oso pardo.

-¿A dónde, papá?-Pregunté con entusiasmo.

-Deja de vacilar a tu tío, Routh.-Dijo mi "madre".

En ese instante me callé para no meter más la pata. El lado bueno de todo esto es que recuerdo mi nombre.

Nos fuimos en coche, lejos, muy lejos de la ciudad. Al entrar en un pequeño bosque, paramos en un caminito de tierra.

-Venga, ¿preparado?-Me preguntó mi "madre".

-Para q...- Ella cogió su pistola y, cargada, me apuntó con ella.

-Fuera del coche.

Estaba asustado pero la obedecí y me puse de rodillas en la tierra. Supliqué que hiciera lo que hiciera en el pasado que me perdone. Pero a ella las lágrimas no le valieron y apr-