"Un Amor Eterno",[Gaasaku]

Amar.

¿Amar?...

Desde pequeño aprendi muchas cosas malas, el rechazo me hizo una persona mala, repugnante, el mundo me odiaba.

Alguna vez me senti amado...

Pero desde que esa persona intento matarme, todo se volvio distinto, las personas ya no eran perosnas, eran grandres mounstros que te dañaban, sus miradas de desprecio,  sus palabras y actos...

Por alguna razon, eso era más doloroso que un golpe.

Sin embargo todo cambio...

Aquel día, en aquella mision en la aldea de la hoja, un tonto rubio con gran sonrisa le habia derrotado y sobre todo demostrado, que el se habia perdido en el camino de la oscuridad. Era increible encontrar a una persona como el, se sentia aliviado, alguien lo habia sacado de ahí, le habian dado el empujon pero...

Aun no sabia lo que era el amor...

La sed de sangre habia acabado.

El tiempo paso y el cambio, no era el mismo de antes, ahora era alguien nuevo. Aunque todo era distinto, aun sentia un vacio en su corazon, el necesitaba amor.

Ni tarde ni perezoso, por obra del destino, la aldea de la hoja habia decidido hacer aquel tratado de paz. Se tenia que casar con una chica de Konoha, constantemente se preguntaba quien seria capaz de soportarlo, de no tenerle miedo, de ayudarlo a saciar esa necesidad de cariño, esa sed de amor.

Tras unos días,  la chica habia llegado...

Los nervios lo invadieron pero no los demostraba.

Una cabellera rosada, estatura promedio, ojos verdes, sonrisa encantadora.

Haruno Sakura.

Bien era sabido que aquella chica era la más hermosa de Konoha y sobre todo la más fuerte, y como negarlo, fue entrenada por la mismisima Hokage y  Sannin  Lady Tsunade, uns de las mejores en medicina y en combate.

Sakura parecia una chica tan fragil y  delicada, pero en realidad era una bestia, tenia un gran conocimiento en medicina, habia llegado a superar a Lady Tsunade, tanto en fuerza y inteligencia. Ella era un ninja al que le debian de temer.

A pesae de aquello, en realidad tenia un corazon puro y honesto, una chica que tenia mucho amor por dar.

Y así fue, como empezo todo.

Así empezo una historia.

La historia del cerezo que florecio en el desierto.

Los años habian pasado, su pequeño hijo tenía 8 años, fruto del amor de ellos. En un día soliado y hermoso, el pequeño habia llegado de la escuela, con mucha curiosidad pues en su clase, unas niñas estaban hablando del amor.

-¿Como se siente amar?- dijo el pequeño mientras miraba la foto de sus padres.