El día de la huída

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Agoney había pasado toda su vida en el mismo lado del muro, y también había pasado toda su vida soñando en ir al otro lado. Pero era imposible pasar de la Montaña (que ni si quiera era lo suficientemente alta como para ser una montaña) al País tropical ( que de tropical tenía lo mismo que de país, nada) aunque Agoney conocía a gente como Ricky y Mimi, que había pasado del País tropical a la Montaña por una pelea que tuvo con uno de los que manejaban el cotarro, aunque uno de sus inferiores intentó ayudarle no salió muy bien, pero esa es otra historia.

- ¿Ago? ¿Otra vez pensando en maneras de pasar al otro lado? -dijo Nerea.

- Tiene que haber una manera, ¿cómo llevan sino a los bebés nacidos aquí? ¿Como vino Ricky? Tiene que haber una puerta, una entrada por algún lado -respondió Agoney.

- Y quizá la hay, pero no sabemos que puede pasar si vamos a buscarla, no puedes jugártela así, Ago.

- ¿Y por qué no? ¿Qué pretendes, que me quede toda mi vida viviendo aquí, al otro lado del muro, en el de los imperfectos e infelices? se que lo dices por mi bien y te lo agradezco, pero no voy a quedarme de brazos cruzados mirando a través de un muro transparente como si estuviese esperando a que mi marido vuelva de la guerra. ¿Sabes qué? Quizá no encuentre esa puerta hoy, ni esta semana, ni este mes, pero cuanto antes empiece a buscarla antes la encontraré, y voy a salir mañana mismo a buscarla.

- Deja de ser tan cabezota, llevas toda tu vida pensándolo, ¿no puedes seguir así unos cuantos años más?

- Estoy harto, no quiero pasar ni dos días más así, dije que mañana me iba y mañana me voy.

- ¿Puedes al menos esperar y preguntarles a Ricky y a Mimi si vienen? Ellos también quieren ir al otro lado, tienen allí su vida, y si no les llamamos nos matarán ellos antes que ningún organizador o lo que quiera que sean esas personas.

- ¿Vienen? ¿Llamamos? ¿Nos? ¿VIENES CONMIGO?

- Eres la persona más cabezota que he conocido nunca, y si no voy contigo para controlarte, a saber qué puede pasar, además, ¿que haría sin ti aquí sola?

- ESTÁ ES MI CHIQUITINA, CORRE, VAMOS A HABLAR CON RICKY Y MIMI.

                               * * *

Ricky y Mimi aceptaron, y al día siguiente, tal y como Agoney dijo, salieron sin rumbo

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Ricky y Mimi aceptaron, y al día siguiente, tal y como Agoney dijo, salieron sin rumbo.
Cuando acamparon la primera noche estaban todos entre emocionados y asustados (más asustados que emocionados) y, por si no estuviesen lo suficientemente asustados, empezaron a escuchar ruidos.

- Mimi, ¿sabes que es eso? -preguntó asustado Ricky, quien parecía que tenía 13 años.

-Callate maricón, que no me dejas escuchar.

- PERO VAMOS A VER, ¿¡PUEDES DEJAR DE DECIR QUE QUIERES A ZAIRA Y AYUDARME A MONTAR LA TIENDA!? -escucharon decir a una voz a lo lejos.

- Pero es que la quiero mucho, ¡ZAIRA TE QUIERO! . -respondió otra voz.

- Si, si, y yo también quiero mucho a mi familia y les hecho de menos, pero gritando no se va a solucionar nada y al final nos van a escuchar, así que ayudame y calla.

Mimi salió de su saco y se acercó a las voces.

- Oye, ¿vosotro' quieneh soi'? ¿cómos llamai'? ¿de donde veni'? ¿Oh veni' a tomaroh una' nubeh? -pronunció con un acento un tanto (muy) andaluz, les cogió y se los llevó con los demás a tomarse unas nubes.

Todos se presentaron, las dos personas se llamaban Marina, quien quería pasar el muro para volver con su familia y Juan Antonio,  que se había enamorado de una tal Zaira a la que vio a través del único programa que se emitía en los dos lados del muro.

Tras el muro || OT2017 (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora